Capítulo 21

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Billie que siguió el consejo de su hermana y su asistente decidió viajar hasta New York para conversar con ___ y pedirle que le dijera las palabras que había dejado escritas en aquella nota, pero esta vez que las repitiera mientras la miraba a los ojos. Necesitaba cerciorarse de que no sentía nada por ella, que su corazón no latía a paso acelerado cuando la tenía cerca como pasaba en su pecho al ver los ojos marrones de la morena. Se prometió a si misma que sería su último intento por estar junto a la pelinegra, si no funcionaba se daría por vencida y continuaría su vida. Haría lo imposible por olvidarla y volver a ser la de antes.

En el camino entre el aeropuerto y la boutique hizo una breve parada en una florería, pensó que llegar con las manos vacías no era buena idea porque de seguro sus manos temblorosas delatarían el manojo de nervios en que estaba convertida. Entró en aquel lugar donde le atendió una dulce joven que le ofreció su ayuda.

– Bienvenida señorita, ¿le puedo ayudar en su selección o busca algo en particular? – sonrió.

– Buenas tardes señorita… Cecy – dijo al ver su nombre en la identificación que llevaba colocada sobre su uniforme -¿Tiene alguna flor que sirva para que el amor de tu vida te dé una oportunidad? – respondió con algo para de nerviosismo.

– Existe una flor para toda ocasión, si es para pedir perdón están los lirios blancos… - respondió amablemente la joven.

-Muchas gracias, señorita ha sido muy amable – dijo con una sonrisa más alegre.

Billie tomó el ramo y se dirigió a la caja a pagar, antes de salir del establecimiento la joven Cecy le entregó una hoja de trébol para desearle buena suerte en su camino en busca del amor verdadero. Guardó la misma en su bolsillo y siguió en camino a la boutique.

Solo unos minutos separaban a la rubia de su encuentro con la pelinegra y no podía evadir el nerviosismo que reinaba en todo su ser, una y otra vez repasaba en su cabeza las palabras que le diría y como lo haría. Tenía que soltar todo de una vez porque probablemente no tuviera mucho tiempo para decir todo lo que necesario para convencerla.

El sonido de su móvil la sacó de sus pensamientos, se trataba de un mensaje de voz enviado por Natalia.

– Sabemos que te estás muriendo de nervios, pero recuerda que ella te ama tanto como tú a ella solo que tiene miedo y tú estás allí para darle motivos para no temer, para estar segura de lo que son juntas. Así que mírala directo a los ojos y no dudes ni un segundo, si te pones muy nerviosa solo bésala para ganar tiempo porque es mejor pedir perdón que permiso – decía la voz de la menor de la O’Connell.

– Usted lo hará muy bien señorita O’Connell, confié en los latidos de su corazón porque ellos siempre tienen la razón. – decía por último la voz de Kels que estaba muy feliz de saber que su jefa finalmente se acercaba a la felicidad que tanto merecía.

Su hermana y su asistente deseaban darle un último empujón para que no se fuera a arrepentir una vez allí, ella sonrió al terminar de escuchar las porras de ambas chicas.
Ya se encontraba frente a la boutique así que tomó una bocanada de aire y descendió del coche con el ramo en sus manos. Ingresó al elegante establecimiento y se acercó al mostrador de la recepción con una sonrisa en sus labios.

– Buenas tardes, ¿la señorita ___ Hawk se encuentra? – preguntó.

– Si, ¿tiene una cita con ella o viene a tomarse medidas para algún diseño? – respondió Gabriela, la recepcionista.

– No, mi nombre es Billie O’Connell y vine a hablar con ella de algo importante. ¿Podría ser tan amable de preguntarle si me puede recibir? – pidió.

Al girar hacia el lado opuesto la empresaria sintió como su mundo se derrumbaba, podía escuchar el sonido de su corazón romperse en mil pedazos al ver como ___ se besaba con otra chica en la puerta de lo que parecía ser su oficina.

-¿Pasa algo señorita? – pregunto la recepcionista.

– No pasa nada, solo que creo que ___ está muy ocupada ahora. Así que mejor me voy y vuelvo luego, muchas gracias. – Sus ojos se anegaron en lágrimas y salió corriendo de aquel lugar, abordó el coche y pidió al chofer que la llevara los más lejos posibles de allí.

Gabriela estaba confundida, no entendía nada de lo que estaba pasando. Miró el ramo de flores que Billie había dejado sobre el mostrador y lo tomó en sus manos para admirar el bonito detalle. De repente la voz exasperada de ___ captó su atención.

– No vuelvas a hacer eso Mónica, por última vez te lo digo no quiero nada contigo. Lo nuestro fue algo momentáneo y siento mucho si te di motivos o razones para enamorarte de mí, pero yo no estoy enamorada de ti. Entiéndelo de una buena vez por favor- dijo molesta.

– Lo siento Billie, no me puedes culpar por enamorarme de ti. Así sucede, te enamoras de quien menos esperas – suspiró.

– Lo sé y te juro que te entiendo, pero necesito que también me entiendas a mí: estoy enamorada de alguien más.- dijo con un tono de cierta suavidad porque ella misma sabía como se comportaba

Si no tengo ninguna oportunidad – la pelinegra negó con su cabeza -entonces respetaré tu decisión y no volveré a molestarte nunca más, mucha suerte guapa.– emprendió camino a la salida.

Después de aquella discusión la diseñadora regresó a su oficina y pidió no ser molestada en lo que restaba del día, necesitaba adelantar la mayor cantidad de temas posibles porque había decidido ir en busca de Billie a Londres dentro de dos días. Le haría caso a su corazón, se atrevería a seguir a sus sentimientos y vivirlos a plenitud.

Tú, Yo & Nuestra historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora