LEVI
Abrí lentamente mis ojos y los fijé en Eren, estaba sentado a mi lado, el sol que entraba por la pequeña ventana hacía que sus ojos verdes y su pelo largo color marrón resalten. Inconscientemente estiré mi mano y tomé uno de los mechones de su pelo que caían ligeramente. Pestañé varias veces admirando lo lindo que se veían, y bostecé después de soltarlo.
—Buenos días. — Susurró sonriendo.
—Buen día. —Me senté en la cama, quitando una toalla mojada de mi cabeza.
—¿Cómo te sientes? — Puso los mechones de pelo detrás de su oreja.
—Pensé que ya te habías ido. — Evité la pregunta.
Todavía me sentía con fuertes dolores de cabeza y un insoportable dolor de estómago. No quería que Eren se preocupe más, pero en el momento exacto en el que contesté, me arrepentí. No quería sonar tan brusco.
—¿Quieres que me vaya? — Contraatacó.
—No quise decir eso, lo siento. — Digo, fingiendo una risa. — Y gracias. — Añadí, intentando levantarme.
—No tienes que levantarte.
—Oh, sí, claro. —Dije sarcásticamente.
—Lo digo en serio. — Frenó mi paso con su brazo. — Tu fiebre apenas bajó, dime, ¿Aún te sientes mareado?
Le dirigí una mirada incrédula.
— Ya estoy bien. ¿Ahora eres médico? Qué atento.— Bromeé.
Río ante el comentario y tomó mi mano acercándola a su boca, amenazando besarla.
—Por ti baby, sería Batman. — Me guiñó un ojo.
Lo miré sorprendido y sin poder evitarlo, estallé en carcajadas, mientras sostenía mi estómago.
—Bueno por lo menos logré hacer que rías. — Sonrió.
—Ajá.— Paré, avergonzado.
Ahora que lo recuerdo, tengo que hablar con Erwin, preferiría no recordarlo. De una forma u otra, tengo que terminar con este problema.
—¿Tienes hambre? Compré una sopa y medicina. — Eren interrumpió mis pensamientos.— Comamos juntos.
—Sí, tengo hambre. —Digo, pasando mi mano por mi pelo, peinandolo.— También quiero ir al baño, ¿Me dejaras ir, o tengo que hacerme encima?— Agité mis pestañas.
—Está bien, puedes levantarte.
—Igual lo iba hacer, incluso si decías que no.
Froté mis ojos una vez más, y me levanté, un pie fuera, luego otro. Mi cuerpo pesaba más de lo normal y sentía como si mi cabeza latiera.
Creo que debería tomar el consejo de quedarme en la cama.
Cuando llegué al baño, lave mi cara, evitando ejercer mucha presión en los lugares donde tenía los grandes moretones. La hinchazón bajo, pero, sí que se ven mal, también me lave los dientes y enjuague mi boca.
Luego, busqué entre la ropa que me saque ayer, mi celular. Cuando lo encontré, ingresé a la aplicación de llamadas; habían al rededor de diez llamadas perdidas y una sola atendida.
La que atendió Eren.
Todas las llamadas eran de la misma persona, Erwin. Puedo imaginar lo que hablaron porque escuché a Eren, y aunque creo que él no tendría que haber atendido, entiendo su intriga y curiosidad por culpa de lo que dijo Jean, y no quiero que piense lo que no es.
Aunque, verdaderamente, no debería de importarme.
Entré a la cocina en silencio y vi a Eren calentando la sopa que compró... Bueno, hubiera jurado que no sabía ni prender una cocina, en un progreso.
¿Debería dejar de juzgarlo por ser un niño rico? Naa.
Caminé unos pasos y me senté en la pequeña mesa, Eren colocó dos tazones y dos cucharas sobre ella. Luego, sirvió la sopa y se sentó frente a mí.
—Con una taza de té estaba bien... No te hubieras molestado.—Mascullé.
—Tienes que comer bien.
Comí un poco y sentí como el gusto de la sopa se juntaba con el gusto a menta de la pasta de dientes en mis papilas gustativas y fruncí el ceño disgustado.
—¿Sabe tan mal? — Preguntó, al ver mi reacción.
—Oh, no. No es eso.— Volví a comer.
Después de terminar, dejé la cuchara en la mesa y apoyé mi codo sosteniendo mi cara, mirando a Eren. Observé con detenimiento las manchas negras debajo sus ojos cansados y por un momento me sentí mal. Cuando le dije que se quedara, no me detuve ni un momento a pensar en que él se sentiría incómodo, o tal vez, ¿Obligado?
De igual forma, no voy a negar que se siente bien que te cuiden, nunca antes le permití a alguien estar tan cerca, pero que egoísta de mi parte.
Suspiré al unísono.
¿Desde cuando me importan las personas como él? Aunque sería más raro que no me importara, después de todo, es asquerosamente bueno conmigo.
—¿Qué pasa? — Detuvo mis pensamientos.
—No entiendo tu interés en mí.— Contesté, después de un par de segundos.
Me miró sorprendido, lo tomé desprevenido.
—Yo tampoco, pero eres extrañamente interesante, Levi Ackerman. — Tragué duro y tosí, cuando escuché el tono con el que pronunció mi nombre.
Mierda.
—...
Lo sentí reír cuando desvíe mi mirada.
—¿De qué te ríes?
—De tu reacción.
—Deja de burlarte de mí, idiota. — Me crucé de brazos, como un niño haciendo berrinches.
—Espero que no estés pensando que quiero algo a cambio. — También se cruzó de brazos. — No es lo mío.
—Bueno, es justamente lo que estoy pensando.
Cuando noté que Eren ya había terminado de comer, levanté los tazones y las cucharas, y los lleve hasta la mesada, dejándolos dentro de la pileta, después, abrí uno de los cajones y saqué un paquete de cigarrillos.
Me dirigí hacia la ventana, saqué uno, lo llevé a mi boca y lo prendí.
A todo esto, Eren nunca de mirarme, siguió mis pasos con su mirada y después, caminó detrás mío y se apoyó en la ventana al igual que yo.
—Me duele que pienses así de mí.— Comentó, fingiendo estar indignado.— No deberías fumar, es malo para tu salud.
Después de pronunciar esas palabras, me quitó el cigarro y le dio una calada.
—¿Entonces qué quieres?— Volví a la conversación anterior.
🌧️
Holissss, cómo anDAN????
Yo, llorando por el final de Shingeki.¿Qué tipo de música escuchan? 🤸🏻♀️
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Ángel
Fanfiction° Está historia es mía, pero los personajes no me pertenecen. ° Yaoi/BL. ° Todas las fotos son sacadas de pinterest u otra red social. ~Gracias por la oportunidad~