LEVI
Desperté prácticamente en el piso, no recuerdo bien en que momento nos quedamos dormidos con Hange, pero hay latas de cerveza vacias en la mesita de noche, acompañadas de restos de pizza.
Oh, y también está Hange, empujándome con sus pies desde el otro lado de la cama. Recuerdo perfectamente haberle dicho que no durmiera a mis pies porque siempre me patea. Cómo siempre, no me escucho.
Tratando de no despertarla, corrí a un lado la flaca manta que cubría apenas mis piernas, y salí de la cama.
Fuí hasta la cocina para beber agua, y buscar mi celular.
Últimamente estube buscando otro trabajo en el que paguen mejor, pero no importa cuánto busque, nadie ofrece más del promedió.
Es frustrante.
Después de revisar si tenía alguna notificación, voy directo al baño, me desnudo completamente y abro la ducha.
Dejo que la lluvia de agua caliente me moje (casi quemando), completamente mi cuerpo.
Suspiro y masajéo mi cabeza para contener, aunque sea un poco, la fuerte migraña que estoy sintiendo.
Debería dejar de preocuparme.
—Como si fuera tan fácil. — Me digo a mí mismo.
Echo shampoo sobre mi cabello y masajéo suavemente, también, agarró el jabón y lo paso por todo mi cuerpo.
Después de enjuagarme, cierro la ducha y salgo.
Me paro frente al espejo y paso la mano para sacar el vapor.
Afeito mi cara y corto mi pelo.
¿Debería haberlo hecho antes de bañarme? Sí.
¿Importa? No. No volveré a bañarme.
Me pongo ropa limpia y salgo del baño.
Prendo la cafetera y mientras espero, también prendo un cigarrillo.
Dicen que todos, siempre, vuelven a su primer amor, siempre.
Después de la primer calada, decido abrir una ventana, Hange armará un escándalo por el olor.
No sé porque me preocupo tanto, si es mi casa.
—Buenos día, enano. — Hange entra a la cocina bostezando.
Hace un mueca cuando siente el olor, lo sabía.
—Buenas tardes, mejor dicho. — Digo riendo y apago el cigarrillo contra la caja.— Hay café ahí, todavía no lo serví. — Señalo la cafetera.
—Voy.
Sirve en dos tazas y las trae a la mesa, nos quedamos en silencio mientras ella tiene toda su atención en su celular. Pero no es incómodo en lo absoluto, es casi un milagro que, por unos minutos, ella esté en silencio.
—¡Oh! Mira esto. — Dice.
Ahí está de nuevo.
—¿Mm? — Tarareo en forma de pregunta.
—Es un bar. — Muestra su celular.
—No. — Digo inmediatamente.
—Todavía no he dicho nada. — Refunfuña.
—¿Quieres ir verdad?— Digo cruzandome de brazos. — No te bastó con todo lo que bebimos anoche. Yo estoy asqueado.
—Definitivamente no. — Dice sin más.
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Ángel
Fanfiction° Está historia es mía, pero los personajes no me pertenecen. ° Yaoi/BL. ° Todas las fotos son sacadas de pinterest u otra red social. ~Gracias por la oportunidad~