🌧️Capítulo 20🌧️

314 42 4
                                    

EREN

Después de encontrar a Levi y llevarlo a su casa, me quedé toda la noche con él, a su lado.

Eran al rededor de las 1 de la mañana cuando por fin se durmió, obviamente no quería dormir, diciendo que no tenía sueño, así que prácticamente lo obligué; apenas cerró los ojos se durmió profundamente. Ahora solo han pasado tres horas, son las 4 de la mañana, y no logro pegar ni un ojo, tampoco quiero, estoy sentado al lado de su cama mientras lo veo dormir. 

A menudo lo veo fruncir el ceño y moverse mucho, parece tener mil pesadillas a la vez.

Supongo que por lo que pasó hoy. Cuando lo encontré, Levi estaba arrodillado vomitando en la esquina de una pared, me di cuenta que era él cuando se levantó, pude notar el miedo que sintió antes de reconocerme, ignoré el mal estado en el que se encontraba su ropa y cuerpo, no quería que se sintiera avergonzado o algo por el estilo.

No puedo negar que, por un momento, sí llegué a pensar que todo lo que dijo Jean era verdad, y que su estado era consecuencia de eso, pero cuando me  contó que solo fue por dinero, me sentí como un completo idiota.

También me sentí un idiota por no poder admitir que sí lo pensé, !O por lo menos mentir que no! Me quedé en silencio... Notando la decepción en sus ojos. 

Froté mis ojos cansados y bostecé. 

Un celular comenzó a sonar, me asusté por el fuerte ruido en medio del silencio de la habitación, aunque no estaba dentro de ésta. Comencé a buscarlo. Salí de la pieza con el mayor cuidado para no despertar a Levi y seguí el ruido hasta el baño, en el cesto de la ropa lo encontré, en uno de los bolsillos de un pantalón, tenía barro encima y la pantalla estaba astillada, el fondo de pantalla era de un gatito, un siamés. Me causó risa que alguien como Levi, que se muestra arrogante y ¿Malo? Le gusten los gatos al punto de tenerlo de fondo de pantalla.

El celular volvió a sonar, dude si atender o no, después de todo, no es mío. Pero cada vez que cortaba, volvían a llamar.

Di un corto vistazo a la habitación y Levi seguía durmiendo. Atendí.

—¿Al fin decidiste contestar? — La voz de alguien obviamente desconocido para mí, contestó.

Fruncí mis cejas ante el tono arrogante.

—¿Quién eres?— Pregunté, tratando de sonar intimidante.

—¿Tú quién eres? No importa. — Después de un corto silencio volvió a hablar. — Pásame con Levi.

—No. ¿Qué quieres?

—No son asuntos tuyos, niño. No te involucres.

Inmediatamente supe que, con quién estaba hablando era probablemente la persona que hizo que Levi pase un infierno, hace apenas unas pocas horas.

—¿Qué es lo que quieres de Levi? ¿Por qué no lo dejas en paz? — Traté de sonar calmado, pero mi tono me delataba, estaba furioso.

Era primera vez que, después de tanto tiempo, estuve tan irritado por la actitud de alguien.

Sabía que mis amenazas no servirían de nada, ni siquiera sabía con exactitud que era lo que estaba pasando entre Levi y esta persona.

Una ligera risa se filtró desde el celular. No pude evitar apretarlo contra mi oreja. Segundos después, cortó.

No dijo nada más, sólo se burló de mí y cortó sin más.

Maldije en silencio y después deje el celular donde estaba antes de que llamaran. Iba a volver a la pieza, pero cuando me di vuelta, Levi me estaba mirando, estaba apoyando su cabeza sobre el marco de la puerta. 

—Sé que no debí atender, pero no dejaba de sonar... — Me excusé.

Alzó las cejas y frotó sus ojos con su mano. El vendaje que puse antes, cayó, pareció no notarlo.

— No importa. — Contestó, agitando su mano, restándole importancia.

Ni siquiera preguntó quien era, él ya lo sabía, pero evitaba el asunto de todas formas.

—Tendrías que dormir un par de horas más. 

No dijo nada y volvió a su habitación, se acostó y frunció el ceño mientras frotaba su cabeza con sus dedos, cerro por un momento los ojos y los volvió a abrir soltando un suspiro. 

—¿Qué hora es?—  Preguntó.

—Cerca de las siete de la mañana.

Me senté en la cama y me estiré para sacar una curita que estaba en el botequín de primeros auxilios, sobre la mesita de luz.

—¿Tú has dormido?— Indagó.

—No.—Contesté, pegando la curita en la palma de su mano.

—¿Por qué no?— Se reincorporó en la cama. — Si te molestaba dormir aquí, podrías haber vuelto a tu casa. — Apretó una mano sobre la otra.

No estaba enojado, pero raramente preocupado.

—Parecía que estabas teniendo pesadillas y tu cara está rosada.— Puse mi mano sobre su frente, para verificar si estaba caliente. — Creo que tienes fiebre.

Obviamente. si estuvo, Dios sabe cuantas horas bajo la lluvia, ni siquiera una campera tenía puesta. 

—¿Qué? No, estoy bien.— Dijo, alejando mi mano.— sólo estoy cansado.

—Duerme más, voy comprar algo para el dolor. Debe ser solo es un resfriado.— Me levanté, poniéndome mi campera. 

—¿Por qué? No es necesario. — Tiro de la manga.

—Si tú no cuidas tu salud, lo haré yo.— Le sonreí.

Me miró con sus ojos cansados y suspiró rendido.

🌧️

Cuando volví, Levi estaba profundamente dormido nuevamente.

Guardé la sopa que compré en la heladera y busque un vaso con agua. Llevé medicina para resfriados y el vaso con agua a la habitación de Levi. Los dejé en la mesita de luz.

Busqué una toalla y la moje para poner sobre su frente, aunque era una fiebre leve, necesitaba que baje. También saqué la frazada que tapaba a Levi, su cuerpo ya estaba demasiado caliente, más calor sería peor.

Después de estar tres horas cambiando la toalla mojada, Levi despertó.

🌧️

Holaaaaaa 🖤

Eren es como una mamá, lloro de amorrshhh 🤧

¿Leyeron Mo dao zu shi? Yo todavía estoy llorando ajakakk

ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora