Solo Eran Ellos

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Eldrid junto a Lagertha entraron al gran salón donde se encontraba el esposo de esta última.
Eldrid se encontraba detrás de Lagertha, mientras avanzaban hasta el conde.

-esposa, has vuelto - dijo el conde - y sin mi hijastro

-Si, Björn se quedó con su padre- contestó

-y tu se lo permitiste - pregunto con cara de furia- sin preguntar

-fue su decisión- respondió despreocupada Lagertha

-claro, su decisión- dijo y luego miró a Eldrid- y quien es, esta bella muchacha - comentó acercándose a ella.

-Ella es Eldrid, la mejor escudera de Kattegat, decidió venir aquí por su propia cuenta- contesto la rubia

-pues aquí no necesitamos más escuderas- dijo acariciando su cara, mientras ella se limitaba a mantener la boca cerrada y una cara neutral, si no allí correría sangre. Pues la muchacha nunca permitió que la tocasen de esa forma. - pero serias una grandiosa esclava.

-seré lo que, ahora mi señora Lagertha desee- contesto con tranquilidad Eldrid, dejando a Lagertha algo sorprendida, no muchas mujeres soportarían algo como aquello.

-¿tu señora? - pregunto mirando a su esposa

- decidió servirme, a mi , no pude negarme - le contesto

-oh, que pena, hubiera querido también de tus servicios- dijo alejándose y dejando a Eldrid más asqueada que nunca. - ve y límpiate, mujer , no quiero tu olor a muerte aquí

Y así ambas salieron, ambas de asearon y se cambiaron además se peinaron, una con la ayuda de la otra. Pues eso de que Eldrid le serviría a Lagertha era una excusa para que no le dijesen o hiciesen nada.

~

Pasaron unos días, Eldrid no había visto nada raro en aquel lugar, era muy parecido a Kattegat, solo que su conde era miserable, a la vista de Eldrid.

Servía a Lagertha en público, ya que tenía que fingir ser esclava, pero en privado hablaban y conversaban como normalmente lo hacían; Lagertha le contó de porque se casó con el conde o como vivió esos años, pues no había podido hablar antes y como el conde no dormía con Lagertha, pues la última vez cuando casi la viola, ella le dejó en claro que no es una prostituta y lo golpeó, cuando le contó esto a Eldrid , esta estalló a carcajadas contagiándole a Lagertha la risa, porqué así era Eldrid, contagiaba sus sentimientos a los demás, aveces incluso la tristeza.

Esa mañana se encontraban en la habitación de Lagertha, esta estaba peinando a Eldrid, pues ella no sabía hacer grandes peinados como la rubia.

-no es tan difícil, mira - le decía la mayor

-no me sale - dijo ella , dejando su cabello azabache caer- no soy buena en estas cosas, puedo ser una con la espada, pero peinar mi cabello es frustrante- comentó haciendo reír a la mayor- la que era buena en esto, era Gyda y para tejer también, era tan delicada y elegante, como una hoja volando con el viento.

De Espíritu Fiero|Bjorn ironsideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora