De Espíritu Fiero|Bjorn ironside

Deber, Cumplir y Planear

-Nunca imagine que vería a la gran Eldrid derramar sus vomitos en el vasto océano.

-¿Siempre eres así de gracioso Athelstan?

-Me han elogiado por ello.

-Nunca me haz contado esa historia.

-Si dejas de vomitar lo haré.

La chica bufó y se recostó en una de las puntas del barco, deseaba ma saqué nada llegar pronto a Kattegat, estaba cansada y el antiguo monje lo notaba.

-Estás extraña

-¿Por que lo dices?

-Haz navegado bajo tormentas y olas que te estremecen con solo pensarlas desde que tenias la altura de una vieja mula, ahora estás aquí devolviendo la comida que ingeriste hace poco más de una hora.

La joven miró al hombre que había tomado como hermano y le sonrió.

-Me atrapaste, tienes razón...hay algo, pero no puedes decirle a nadie, aún.

-Puedes cintarme lo que sea, jamás se lo diría a nadie.

-Estoy embarazada y me casaré con Björn.

Athelstan se quedo pasmado y cómo si de obra divina se tratase reaccionó, fue de tal forma la manera en la que expresó su felicidad mediante un grito, que hasta los tripulantes del barco vecino voltearon.

-¡Eso es asombroso!

-¿Que es asombroso?- la voz de Ragnar se hizo escuchar y de forma despreocupada de acercó a ellos.

Eldrid se puso nerviosa. Sabía que no era momento para que Ragnar se enterase, más aún cuando este tenia en mente el posible ataque a lo que podían considerar la ciudad más protegida que existe.

-Eres demasiado entrometido.

-Vamos, cuenten que es lo divertido, no querrás que me muera de aburrimiento en este barco pequeña cerdita.

La joven rio y se hizo a un lado, dejando que Ragnar se siente junto a ella y cómo de costumbre revolviera sus cabellos.

-Ojalá murieras tan fácil, me ahorrarías las ganas de estrangularte que me dan aveces.

Algunos hombres del barco que la escucharon rieron ante sus palabras, incluidos sus dos acompañantes.

-Te vez terrible, deberías dormir.

Antes de siquiera responder ante lo dicho por el rey, Eldrid se recostó sobre el hombro de Ragnar dejando que sus palabras fueran una invitación a ello y se echó a dormir casi instantáneamente, escuchando la suave voz de Athelstan recitar lo hermosa que era la ciudad de Paris, luego de que el rey le preguntara al antes mencionado por aquel lugar tan singular e interesante.

Todo parecía ir en paz, sin saber que cuando llegasen a Kattegat...todo sería un caos.

-

-¿Como esta Rollo?-pregunto Eldrid limpiando suavemente la cara de Björn- supuse que no sería buena idea hablar con el.

-Si no hubiera llegado, todos esos hombres furiosos lo hubieran matado.

-Si, se como son.

-Eso ya no importa, ven aquí- dijo posando a la chica en su regazo.

-No vuelvas a pelear sin sentido.

-Ya te dije querida, lo hice porque creo q así Rollo podría entrar un poco más en razón, creo q si lo golpean el es capaz de tomar conciencia.