Tal vez yo no sepa donde ir.
Pero si pudiera una mañana abrir
los ojos y ver los tuyos, sabría
donde quedarme
Cada parte contiene 2 o 3 capítulos de la serie, son bastante largos.
Espero que lo disfruten.
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-Cásate conmigo-dijo el
-¿que? - rio ella
-eso, cásate conmigo- repitió
-Björn estás demasiado ebrio, como para recordar eso mañana- le dijo Eldrid al rubio, mientras ayudaba a llevarlo a su habitación.
-vamos, nos amamos y quiero pasar toda mi vida contigo
-aceptare-la joven acercó su rostro al joven, pero se detuvo a centímetros de su rostro- cuando me lo propongas sobrio- finalizó besando cortamente sus labios y empujándolo hacia atrás para que Björn caiga de lleno en su cama.
-¿Al menos te quedarás? - le pregunto el muchacho tomando su mano, a lo que ella sonrió.
- está bien
La joven se recostó a su lado,siendo abrazada por el y tam pronto como el rubio se durmió en sus brazos. Esperando que en un futuro el joven se le propusiera de forma que lo recordará el mismo.
-
- Hola Porunn- saludó la pelinegra a la rubia.
-Buenos días Eldrid- dijo esta sonriente- ¿lista para el viaje?
Si, ambas jóvenes en los tres años transcurridas dejaron todo tipo de rencor atrás luego de aquella pequeña pelea que tuvieron e hicieron las pases, volviéndose buenas amigas.
-siempre lo estoy
-¿irás a ver a Ragnar?
- ya me conoces- rio la muchacha- nos vemos luego
-adios - se despidió la rubia
El único sentimiento que ahora sentía Porunn hacia Eldrid no era más que admiración, la joven de cabellos azabache la ayudó en su preparación para ser escudera, convenció a Ragnar de dejarla ir a los próximos viajes, luego de enseñarle todo lo que sabía, no sólo había encontrado a una amiga, si no a una hermana.
-
-Hola- saludó una sonriente Eldrid entrando al tenso ambiente del gran salón.
-¡Eldrid! - gritaron felices los pequeños hijos de los reyes.
-Hola pequeños
-Miren a quien tenemos aquí, la cerdita del grupo- dijo Ragnar extendiendo los brazos para abrazarla, cosa que ella recibió gustosa.
Ragnar agradeció mentalmente la presencia de la joven, pues siempre lo salvaba de los momentos incómodos que vivía.
-tu y tus viejos hábitos- dijo esta cuando Ragnar desordenó su cabello azabache, para luego golpearle la mano.
