🌺ESPECIAL🌺. El Chico de mirada triste que cautivó al Pintor.

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- ¡No pienso volver a salir de la casa!

- Vamos cariño, no es para tanto ¿Acaso no te hizo bien salir a tomar aire?

- ¡No! Y no lo volveré a hacer.

- Te dije que no importa como actúes no voy a dejar que te aisles y te encierres así que puedes rabiar todo lo que quieras.

- ¿Crees que me puedo ir a mi habitación ahora?.- Hua arqueo una ceja.

- Una cosa más.- La señora Chen se acercó a su hijo y tomó la rosa que tenía en su regazo.- ¿Quien era ese chico de antes y por qué te dio esta rosa?.- Sonrió de manera traviesa.

- Yo que carajos se.- Hua hizo una mueca.- Bota eso a la basura.

- ¿Por qué? Es muy linda, además fue un obsequio, recuerdo lo mucho que te gustaban este tipo de cosas.

- Me importa un pepino si es un obsequio, lo dijiste bien mamá...antes...hechala a la basura.

- Cariño...

- Bien, quedatela...

Hua se alejó de su madre sin volver a mediar una palabra, sabía que lo que había hecho era con el fin de animarlo y hacerlo sentir mejor pero aún así no podía evitar sentirse enojado, el no había pedido ir a ese lugar ni tampoco había pedido tomar aire fresco solo quería quedarse en su habitación enterrandose como cada día en su soledad y el silencio.

Una vez en su habitación trató de levantarse de su silla de ruedas para subir a su cama y debido a un movimiento en falso terminó cayendo al suelo, mientras reposaba su espalda de la cama Hua observó detenidamente su pierna lastimada, apretando sus labios, mordiendolos con fuerza trataba de contener su llanto, impotencia, tristeza, dolor y miedo, todo eso era lo que sentía en aquel momento, sus lágrimas ya no caían parecía como si se hubieran agotado por las noches y los días que había llorado sin cesar.

Levantó su mira a y observó la ventana abierta la cual le mostraba una vista del ocaso y sonrió con dolor al recordar a aquellas personas en la plaza correr, jugar, divertite...sonreir, cosas que el ya nunca haría porque se sentía tan roto que pensaba que incluso su alma se había fragmentado en diminutas partículas incapaces de volverse a unir.

Hua se dejó caer en aquel mismo lugar con su vista aún puesta en el cielo y su tonalidad purpurea, allí fue cerrando sus ojos lentamente hasta caer completamente dormido.

- ¡Buongiorno! (Buenos días).- Pietro montaba su bici por la calle.- ¡Buongiorno Salvatore!.- Se detuvo en el mercado.

- Buongiorno Pietro.- El propietario saludo.- ¿Vas a querer lo mismo de siempre?

- Si...- Sonrió.- También quiero algunos de los champiñones que te llegaron recién.

- Muy bien...- Sonrió.- Ya te atiendo.

- Buenos días.- La señora Chen llegaba.

- Buongiorno.- El propietario saludo.- Por favor espere un momento, ya la atiendo.

- Esta bien.- La señora Chen sonrió y tomó su móvil.- Hola cariño...¿Esta todo bien?...no estoy exagerando, se que te llame hace poco pero...es que no puedo evitar preocuparme...llevas rato solo en casa, una vez que termine aquí iré...¡Niño malcriado! Ya veras cuando llegue.- Frunció el ceño.- Iré pronto.

- Espera Salvatore.- Pietro se giro hacia la señora Chen y sonrió.- Por favor...- Le cedió su turno.

- ¡Oh no cariño!.- La señora Chen sonrió apenada.- Yo puedo esperar mi turno.

Contigo. (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora