012.

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Gonzalo.

Llegué a lo de mis viejos con una bandeja de desayuno y varias bolsas de regalo en mano. Alvaro salió a ayudarme porque no iba a poder abrir la puerta solo, y cuando iba llegando al comedor escuché a mi vieja hablando feliz.

— ... se te ve muy hermosa, mi reina. — escuché decir a mi vieja justo cuando yo iba entrando. Aclaré mi garganta llamando su atención y al verme sonrió grande. — ¡Mirá a quien tengo acá!

En eso da vuelta su celu apuntandome con la cámara frontal y vi en la pantalla a Martina. Al verme la noté un poco incómoda y sí, yo igual lo estaba solo que también me hacía bien verla. La extrañaba muchísimo.

— Buenaaas. — saludé.

Ella sonrió. — Hola, Gon.

Dios, cada vez que me decía Gonzalo, Gonza o Gon sentía una daga clavándose en mi pecho. Pero suponía que ya tenía que acostumbrarme, ¿no?

— Feliz vida, viejita linda. — me acerqué a mi mamá después de dejar la bandeja de desayuno y algunas bolsas sobre la mesa, y besé su frente.

Ella me agradeció y yo me despedí de Martina con la excusa de ir a prepararme un café, pero la verdad era que si seguía viéndola me iba a largar a llorar por ser tan pelotudo. Igual también quería tomarme un café para pasar todas las cositas ricas que traía el desayuno de mamá.

— Mamá no sabe la verdad, ¿no? — Alvaro, que estaba batiendo un café, me preguntó.

Niego. — Solo sabe que cortamos.

Él asintió y no llegó a decir muy mucho más porque mamá apareció en la cocina.

— Yo con vos tengo que hablar, vi algo en Cortá por Lozano que me dejó bastante disgustada. — me dijo seria apuntándome con su dedo. Dediqué una mirada de auxilio a Alvaro porque no tenía ni idea de lo que hablaba, pero él solo se encogió de hombros e hizo una mueca. Tampoco sabía. — Igual de eso hablamos mañana, hoy no quiero amargarme el cumple.

Y así, sonriente, nos dijo que preparemos café y ella nos esperaba en el comedor para desayunar, y luego se fue.

— Batí esos cafés mientras busco. — me dijo Alvaro y yo asentí comenzando a batir. Segundos después mi hermanito dio vuelta el celular con un video de YouTube cargándose.

"La burla de Yanina Latorre a la que Tini responde dejándola callada", decía el título.

El video se reprodujo, era cortito porque no tenía toda la entrevista sino una parte en concreta, y no podía creer lo que veía y escuchaba. Cuando terminó pasé saliva y Alvaro me dio una palmada en el hombro antes de dirigirse a poner agua en las tazas.

— Mamá te va a asesinar.

Asentí estando de acuerdo y cagado de miedo.

(. . .)

Ya eran las 8 de la noche y yo estaba tirado en un sillón de la casa de mis viejos con Mauro sentado en otro y Juan, mi mejor amigo de toda la vida, echado en el piso. Mamá los adoraba así que quiso invitarlos también, pero en ese momento estábamos descansando de la densidad de mis primos chiquitos que solo querían jugar y jugar.

— Che, ¿sale jodita después de la comilona? — preguntó Juan.

— De una paaa, pero que no sean esas jodas de chetito que te gustan a vos. — lo descansó Mauro haciéndonos reír.

— No sé si estoy tan de ánimos. — respondí ganandome dos pares de malas miradas.

— Dale cualiao', no podés estar mal para siempre.

Miré a Juan con una ceja alzada. — ¿Querés apostar, pa'?

Me gané un almohadonazo de parte de Mauro.

— Estoy de acuerdo con Lipo, no podés encerrarte y ya, la vida sigue después de una ruptura. — concordó Mauro.

— Dejen que mi hijito escarmiente, si es sin salir que así sea, mal tampoco le va a hacer dejar de desvelarse tanto. — mi vieja apareció por el living y me miró mal. Mis amigos se rieron.

— Ya sé que la re cagué, vieja, no me hace falta que lo digas. — me tapé la cara con ambas manos. Ya hasta tenía ganas de llorar y me picaban los ojos.

— Te dije que mañana vamos a hablar pero ya no aguanto. — dijo sentándose en el sillón frente a mí. — No sé por qué lo hiciste y tampoco me interesa, sé que la amas como a nadie y que ella igual te ama muchísimo a vos; por eso, por el bien de los dos, hay dos opciones: o se dan la oportunidad de hablar y darse un cierre, o peleas hasta que no des más para recuperarla. En la videollamada la vi hecha mierda aun cuando estaba toda sonriente, pero no tenía su chispa, ¿sabés? Y quiero cortarte el pito por ser el causante de eso, pero así también sé que sos uno de los pocos, si acaso no el único, que puede devolvérsela y hacer que brille incluso más. Así que por favor, deja de ser tan pelotudo que ya demasiado lo fuiste ya y decidite.

Mamá se levantó del sillón y se fue de vuelta al quincho.

Me quedé callado y mis amigos también. Definitivamente yo no quería darnos un cierre. Martina y yo teníamos muchas cosas por vivir juntos, muchas metas que moríamos por ver cumplir al otro, muchos viajes y experiencias por compartir. Pero tampoco sabía si ella aún quería todo eso conmigo, si acaso su corazón podría darme la oportunidad de arreglar lo que yo mismo rompí.

Después de eso cené con mi familia, soplamos las velas e hicieron un karaoke, hasta salí a una joda con mis amigos. Y así y todo, rodeado de gente, música y alcohol no pude sacarme las palabras de mi mamá y a Mar de la cabeza.

Mar... te voy a recuperar y voy a reparar tu corazón, lo juro.

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