Martina.
Tuve que dejar el auto a cuadra y media del Starbucks ya que la zona estaba llenísima, por lo que iba caminando con la cabeza un poco gacha para evitar que puedan sacarme fotos llorando. Cuando llegué al auto me metí y me permití soltar el llanto como merecía: con todo y sollozos.
Unos golpes en la ventanilla del pasajero me hicieron pegar un brinco en mi lugar y miré asustada para encontrarme con Gonzalo. Bufé y después de unos segundos destrabé las puertas para que pueda entrar.
— Pará Mar, hablemos, por favor — su voz sonaba un poco quebrada, su mano se posicionó sobre la mía.
— Desde anoche me maquino la cabeza pensando en qué hice mal, ¿sabés? — murmuré mirando al frente. — No sé qué hice para merecer que me ignores y me dejes de lado, yo... posta no sé, Gonzalo — finalmente lo miré. Sus ojos estaban cristalizados, mi rostro mojado por mis lágrimas. —. Por favor, decime si hice algo malo para que ya no lo haga o lo mejore.
— No me digas Gonzalo...— murmuró.
Reí sin gracia y negué. — En este momento no me sale llamarte de otra forma.
Él tragó saliva y asintió un par de veces. — Supongo que me lo merezco, y no, no hay nada que decirte porque no hiciste nada malo, Mar, sos lo mejor que podría pedir y querer, e incluso sos mucho más que eso. Yo soy el pelotudo, no sé por qué me nació actuar así, tenía la cabeza en otro lado, qué sé yo.
— Gonzalo no sabés cómo me dolió cuando estabas cagandote de risa con Nathy y la otra piba pero al verme te pusiste serio — conté. —, te juro que me sentí súper chiquitita y triste, jamás me habías mirado así ni siquiera cuando se me cayó tu sintetizador nuevo.
Tragó saliva y las lágrimas empezaron a caer por su piel. Cerré fuerte mis ojos porque no aguantaba verlo llorar, me ponía muy mal.
— Perdón, en serio perdón, no sé qué mierda pasa conmigo, boluda, soy un gilazo — inclinó su torso hacia delante para apoyar sus codos sobre sus rodillas y luego esconder su rostro entre sus manos. Su cuerpo empezó a tener pequeños espasmos por el llanto y yo sentí a mi corazón encogerse cuando se enderezó y me miró con la carita bella que tiene empapada en lágrimas. —. Perdoname, por favor te lo ruego, soy un pelotudo importante y sé que no te merezco ni a vos ni a tu perdón, pero los necesito mucho.
Me puse de rodillas en mi asiento para poder quedar frente a él, acuné su rostro entre mis manos y con mis dedos pulgares limpié sus lágrimas.
— No porque la hayas cagado una vez significa que no me mereces, Juli — murmuré. Sus ojitos se iluminaron y mi corazón volvió a latir un poco feliz, Gonzalo escondió su cara en el hueco de mi cuello a la vez que envolvía mi cintura con sus brazos. Terminé sentada a horcajadas sobre él, los dos en silencio, abrazados y sí, llorando.
— Te amo, te amo, te amo — murmuró sobre la piel de mi cuello provocando que sus labios y su aliento caliente choquen ahí y mi cuerpo se estremeció ante eso. Me hice un poco para atrás para poder agarrar su carita entre mis manos y hacer que me mire. Junté nuestras frentes y estuvimos un rato mirándonos fijamente mientras mis dedos acariciaban sus mejillas y los suyos hacían lo mismo con mi espalda.
Sonreí de lado sin mostrar mis dientes, pero era una sonrisa honesta esta vez. — Te amo muchísimo, gordo fofo.
— Yo te amo muchísimo más, flaca escuálida — respondió sonriente y, sin poder evitarlo más, junté nuestras bocas.
Tras unos minutos de besos nos separamos porque su panza sonó, haciendo que los dos nos caguemos de risa.
— Dale, anda a desayunar con los chicos que te morís de hambre — mi boca decía algo pero mi cuerpo decía otra cosa, ya que no me separé de él y él tampoco de mí.
— Solo voy si venís conmigo, sino vamos hasta tu casa o a la mía y preparamos algo ahí — respondió.
Lo pensé durante unos segundos y busqué mi celular en los compartimientos que hay en el medio de los dos asientos, puse la cámara y me vi. Solté una carcajada.
— Ni loca me voy a un lugar a público con esta cara — me burlé de mí misma por mi delineador corrido y los ojos hinchados.
Gonza se rió y me quitó el teléfono para mirarse a él, riendo por su imagen.
— Si... la verdad estamos impresentables.
Asentí dándole la razón. Después de un par de besos más volví a mi asiento, nos pusimos los cinturones y manejé hasta su casa.
Mi corazón latía feliz, yo estaba feliz por haber solucionado las cosas, aunque algo en mi interior, algo a lo que intentaba ignorar, me decía que no todo iba a estar bien.
¡ANUNCIOOOO!
Si les gusta el Rusher les cuento queeeeee estoy escribiendo una historia con ese bello ser de luz y bien hecho. Pronto estará disponible así que atentisss.
Actualización: no me aguanté y ya está disponible ahre.
Por otro lado, si les gusta el cap y la novela porfi voten. Gracias por la atención, lov u.
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ADEMÁS DE MÍ • Bizarrap.
Teen Fiction2do LIBRO DE LA SAGA BIZAxTINI. Cuando Bizarrap se convierte en un fenómeno mundial y a Gonzalo se le sube la fama a la cabeza, dejando a Martina decepcionada. Segunda parte de "BLURRED LINES • Bizarrap", recomendable leer la primera temporada antes.