015.

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1 semana después.

Martina iba a paso apresurado hasta la mesa que el mesero le había indicado. Estaba muy nerviosa y ansiosa ya que luego del reencuentro con el chico habían quedado en juntarse a cenar y disfrutar juntos una hermosa noche madrileña.

La argentina había tardado casi una hora en elegir qué usar y eso casi nunca le pasaba, por lo que al percatarse de ellos los nervios fueron aun peores. Incluso había retocado más de cuatro veces su labial en el camino en el taxi, y eso que estaba usando de los Maybelline Superstay.

Al final se había decidido por un outfit que no era ni muy formal ni tan casual, constaba de unos pantalones engomados negros de tiro alto, una blusa pegada estampada con cuello alto ya que estaba fresco y unas botas plateadas con pequeños brillos. Se agarró parte del cabello con un broche atrás y listo, además se armó unas ondas bastante naturales y hermosas.

Gonzalo saludó al bartender de aquel lugar que visitaba cada vez que iba a Madrid y quería comer y tomar algo piola y rico. El chico le devolvió el saludo con una sonrisa y el oriundo de Ramos Mejía caminó hasta su mesa, donde ya estaba su compañía esperándolo. Estaba feliz, muy.

Mar sonrió al hacer contacto visual con su cita, quien se puso de pie para saludar a la castaña con un beso en cada mejilla y una sonrisa encantadora.

— Luces muy hermosa. — le dijo Charles Leclerc en español pero con su marcado acento francés siempre presente.

La castaña sonrió. — Y vos precioso, como siempre. Aunque ya me desacostumbré a verte sin tu traje de carrera.

— Hasta que llegas, wacho. — dijo Teo apenas Gonzalo apareció en el campo de visión suyo y de Nicki. — Tengo alta lija así que me pedí una entradita para los tres.

— Piola. — respondió Gonzalo mientras se sentaba frente al turro. — ¿Bebida ya pidieron?

— Nah, no nos decidimos entre vino o birra así que te la dejamos a vos. — Nicki rió pasandole la carta de bebidas al mayor del trío.

— Mavé'. — murmuró agarrando el menú. Leyó el listado de vinos y de birras mientras conversaba con los chicos.

Nicki tiró un comentario que los hizo reír a los tres, y cuando Gonzalo levantó la mirada se encontró con una escena a unas mesas de distancia de la suya. Esa escena lo dejó helado y sintió su corazón apretarse un poco en su pecho.

Martina reía por la historia que Charles le estaba contando, aunque más risa le daba su intento por conjugar bien los verbos o pronunciar correctamente las palabras en español. Bebió un sorbo de su vino cuando el mesero llegó con la cena, agradeció por su lasaña vegetariana.

— Mmm, esto está riquísimo. — admitió el oriundo de Mónaco y Martina sonrió orgullosa.

— ¿Viste? Te lo dije, es riquísima.

— Me dijiste que ya terminaste de grabar el tema, ¿no?

Mar asintió. — Síp, ahora ando de vacaciones.

Charles sonrió bebiendo de su vino y se lo pensó unos segundos a lo que quería proponerle.

— Vamonos juntos a Mónaco.

Mar se quedó en silencio durante unos segundos y miraba fijamente a su acompañante. Era una idea más que tentadora y ya no tenía más compromisos hasta unas semanas después, ¿qué la frenaba a aceptar a la primera?

El miedo, quizás.

Miedo porque la última vez que fue tan impulsiva con respecto a un chico, la llevó a una relación que fue la mejor de su vida pero que al final la dejó con el corazón roto.

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