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Terminando de abrochar su pequeño short, salió de granero sin dignarse a ver el rostro de Ángel, el hijo del capataz. No era la primera vez que lo hacían, habían tenido sexo varias veces, y el tipo era muy bueno en lo que hacía y ambos estaban bien con sólo una relación de amistad— sexo sin compromiso, o eso pensaba Liam hasta hace unos minutos. Había sido un encuentro muy diferente a los demás, había sentido una chispa de cariño en cada estocada y la forma en la que lo había mirado al acabar dentro suyo, y si era sincero le asustaba que Ángel arruinara todo con eso. No quería que lo quisiesen, ni querer a nadie de esa forma.

Le asustaba lo que tenía que ver con el amor, era muy diferente el amor que sentía hacia su familia o los animales, pero a un chamaco... Ahí todo se ponía difícil.

Era como pedirle a la vaca que le dejara la leche en la cubeta sin tener que trabajar por ello. No, tenías que dar para recibir. Pero él no quería dar nada ni recibir amor.

Era mejor así, y todos los chicos del pueblo ya debían de saberlo, ¡Sus abuelos lo sabían! ¿Por qué a ellos no les entraba?

Son unos babosos, gruñó.

—Quita esa carita, dulzura, pareciera que te comiste una manzana de las podridas. —Zayn se posó en el cerco de malla como todos los días, solo que esta vez sin camisa, no era la primera vez que lo veía sin camiseta pero por las gallinas de su apa.

El torso marcado mostrando ese six pack que tanto le gustaba adorar desde lejitos, más esa V que se logra a ver por sus pantalones caídos, santísima María, se sentía como un pecador. Pero quería caer en la tentación y los brazos de ese hombre que lo hacía parecer un omega en celo.

Pero no le daría el gusto, por ello se paro firme. —¡Deberías de cubrirte, marrano! ¿Qué no ves que a nadie le interesa ver tus pobrezas? —Si tan solo supiera que Liam podía sentir como todo su cuerpo reaccionaba con gusto por la hermosa vista.

—¿Pobreza? —Alzó una ceja burlón. —Mira, cariño, esta muy bien que no quieras a mi muchacho pero no puedes decir que no me veo sexy, deseable, como un puto dios griego–

—Ya lo he dicho, solo eres un chamaco marrano, ¿Qué no escuchaste, morrito meado?

—No, deberías de venir acá y gritarme al oído mientras te dejas ser tomado por un hombre de verdad. —Sonrió de lado. —Esos niños no son nada comparados conmigo.

—No quiero nada con usted, viejo choto.

—De seguro es tus sueños hasta me ves sin ropa, pero no te apures, bebé, no necesitas solo soñarlo si me tienes aquí cerquita de ti.

—¡Que no me gustas, viejo feo! ¿Qué no entiendes? —Sabía que las mentiras eran malas, pero Zayn debía de poner más empeño.

Aunque con su sola figura ya lo tenía de rodillas.

—Es que yo sí sueño contigo, tengo muchos sueños especiales... ¿Te gustaría recrearlos? —Sí. Rio fuerte mientras Liam fingía cara de enfado. —Entonces que mi reina, ¿Vas a dejar jugar a tu chiquito con mi mocoso?

—¡Zayn!

𝑎𝑚𝑜𝑟 𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑟𝑎𝑛𝑐ℎ𝑜 ¡ editandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora