OO4

734 114 112
                                    

Dash estaba mejor, por ello hoy tenía planeado sacarlo a pasear junto con Jack, el caballo de su padre.

 Ellos no vivían con él en el rancho, más bien ellos estaban en la ciudad trabajando y venían cada fin de semana de visita. Su relación era buena, pero lo veían más como un hermano que un hijo, claro que con ello no se le restaba la responsabilidad que tenían.

Pero ello se debía a que él desde pequeño fue criado por sus abuelos, mientras sus padres se iban a la ciudad porque a ellos les gustaba más allá. 

Y eso le estaba bien, tenía el amor de su abuela y abuelo, lo único que le importaba.

Corrió hasta la biblioteca en donde su abuelo se escondía como cada medio día para no tomar sus medicamentos.

—Abuelito de mi corazón, ¿Puedo salir con los caballos? Llegaré temprano, ni siquiera notarás que no estoy aquí. —Le dio una de sus miradas de cachorrito lastimado, notando como el señor de cincuenta y cinco años rodaba los ojos.

—Que Zayn te acompañe sino no vas a ningún lado.

—¡Soy mayor de edad!— Alzó la voz con molestia. — Y en todo caso, habiendo tantas personas en esta casa, ¿Por qué Zayn? 

—No me alegues, mocoso, podrás tener cuarenta pero en esta casa yo mando. Y Zayn me debe un favor así que corre y dile que te acompañe que es una orden.

Sin más que decir, dando fuertes pisadas se alejó de la biblioteca yendo a buscar a Zayn. 

Era obvio que no quería, bueno sí pero no, pero eso estaba de más en ese momento.

En cuanto lo vio tomó de la parte de atrás de su camisa y lo jaló hasta llevarlo consigo. 

—El abuelo dice que me vas acompañar a pasear a los caballos y que por favor, no me molestes.

—Si para ti no soy una molestia, dulzura, bien que te gusta mi compañía.

—Cállate y camina, Malik, tengo muy buen humor como para que me apagues.

—Si a eso le llamas buen humor no quiero saber cuando estés de malas... —Liam gruñó rodando los ojos.

"Ese hombre solo quiere ponerte mal, no le des importancia." ¡Pero era imposible no dársela cuando se veía así de bien! Odiaba admitirlo, pero Zayn tenía tremendo cuerpo y rostro que lo hacían flaquear, y cada día parecía que se ponía peor.

Y sí, todo lo que tenía que ver con Zayn y él era pura atracción.

Eres fuerte, Liam, recuerda lo sucio que es.

Pero a Liam le gustaba lo sucio que era, ve ahí un problema más grande.

[...]

Zayn y Liam hasta ahora no habían hablado, el castaño sólo aparentaba que iba solo con los caballos mientras montaba a Dash, y el moreno lo observaba sin perderse ni un solo movimiento suyo. Había deseado muchas veces compartir más momentos con él y ahora que lo tenía no quería arruinarlo.

Aunque al castaño no le gustase su compañía, ni él, pero de igual forma nadie le prohibía soñar. Desde que llegó y miró a ese castaño, supo que debía ser suyo, pero él pensó que sería fácil y no que estaría por meses rogándole. No le molestaba, pero igual si aflojaba poquito no le vendría mal.

¿Cómo con los demás si aflojaba y conmigo no?

—¿Puedes dejar de mirarme? Me estás poniendo incómodo.

— Tu belleza tiene que ser admirada, dulzura. 

—Con mi familia tengo suficiente.

—¿Por qué te acostaste con Luis la semana pasada?

—Porque quise.

—¿Te has acostado con más chicos?

—Mi vida privada no es de tu incumbencia, soy totalmente libre de estar con quien yo quiera.

—Creí que estábamos en algo, dulzura. Me decepcionas. —Liam ignoró lo feo que se escuchó y lo mucho que le había llegado al pecho.

—No lo estamos, tú solo eres el chico que me molesta a través del cerco porque quiere mi culo, no mires cosas donde no las hay, cariño. —Acarició la melena de Dash mientras escuchaba el bufido de Zayn.

—En algún momento caerás a mis pies y te pondré de rodillas, escucharé tus súplicas y lloriqueos porque te penetre de forma ruda y yo gustoso cumpliré cada uno de tus deseos para que te des cuenta del tiempo que echaste a perder. Solo es cuestión de tiempo a que caigas en mis encantos.

Liam rodó los ojos mientras el color subía a sus mejillas, a veces pensaba que era muy grosero con el pobre moreno y otras que estaba bien con lo que le daba. —Deberías dejar de soñar tan alto, Zayn, no soy tan fácil como crees.

Oh, chiquillo, como me gustaría que me dejaras plantar mi semilla en ese bonito hoyo que te cargas, por el agua ni te preocupes.

—¡¿Podrías dejar de ser tan puerco?! No se, un poco más romántico... ¡No te mataría ser así!

—Dulzura, hermoso hombre que me roba el aliento, el dueño de mis pensamientos, pero sobre todo el dueño de cada una de mis masturbaciones, ¿Te gustaría pasar una noche conmigo y mi muchacho en mi cuarto para hacer cosas que los niños chiquitos no deben de escuchar?

—No, ¡Y eso tampoco fue romántico! —Pero bien que te gustó.

—Fue lo mejor que pude hacer, dulzura, es que tu belleza me bloquea y no me deja pensar con claridad. —Liam soltó una carcajada.

—¿Eso le dices a todas?

—Si por todas te refieres a ti, terroncito de azúcar, pues claro que sí. —Le regaló un guiño

Liam sintió como sus mejillas quemaban y se calló mientras escuchaba la risita tonta de Javadd. Le había ganado esta, pero a la próxima le daría con la pala en la cola para que se callara.

𝑎𝑚𝑜𝑟 𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑟𝑎𝑛𝑐ℎ𝑜 ¡ editandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora