OO8

691 102 97
                                    

Los siguientes cuatro días se habían pasado volando, entre horas y horas en la cocina en donde estuvieron probando recetas y diferentes estilos para decorar los pastelillos, yendo a dejarle comida a los animales, darle los mimos de todos los días, jugar con Rary, regar sus flores y obsequiarle algunas a Zayn que este terminaba poniendo en su cabello, arrimones de parte suya, besos en sus mejillas y palabras bonitas lo habían mantenido soñando en sus momentos libres.

Zayn Malik era un completo cachondo, ni siquiera se habían besado pero bien que jugaba con él y lo hacía desearlo, rompió cada una de sus frases para no caer a sus pies, y ahora lo único que quería era hacerle caso y montarlo mientras lo hacían en la parte de atrás del granero sin importar el ruido.

¿Lo ven? Zayn Malik cambia a las personas.

—¿Estás nervioso?

—No creo superar a mi abuelo, él si que lo está. —Rieron. —Siempre ha querido estar en el primer lugar en el pueblo por su trabajo pero al parecer lo conocen como el viejito grosero de las manzanas.

—No es grosero.

—No contigo.

—Mi abuelito me quiere, dulzura. —Guiñó su ojo tomándose el atrevimiento de marcar su cuello.

A Zayn aún le parecía un sueño lejano lo que estaba sucediendo, tantas veces soñó con ello y ahora estar aquí era delicioso, el olor que desprendía el cuello del castaño, su textura tan suave lo volvía loco. Tan solo quería llegar a su corazón.

Liam cerró sus ojos gustoso, los labios de Zayn en su cuello le hacían soñar más alto y sentirse como un tonto enamorado. Puso sus manos en los hombros del moreno, los cuales apretó cuando Zayn por fin encontró el punto que lo hizo temblar.

—¿Qué me estás haciendo? —Le susurró.

—Se llama hacerte el amor sin necesidad de tocar tu rico culo, dulzura. —Rio.

—No me refería a eso, Malik, sino a que me confundes.

—No deberías de estarlo, te he dejado claro lo mucho que quiero contigo. —Pero solo una noche.

—Lo sé, pero yo nunca quise nada contigo y ahora pareciera que no sales de mi cabeza.

—Tranquilo, dulzura, solo permítete disfrutar de lo que tengo para darte. Y no seas mentiroso, bien que te llamaba la atención mi cuerpo y verte besándome. —Sonrió alejándose del cuello del castaño -aunque no quería- que había quedado rojito. —pero me tienes aquí frente tuyo, ¿Por qué no mejor hacerle caso a lo que quieres y pide tu corazón? —Puso su boquita como pato acercándose más, Liam se echó para atrás asustado.

—Todavía no, Malik, nos vemos. —Se despidió con rapidez, seguido de un un movimiento de mano descuidado hasta alejarse trotando.

No le daría tanta importancia a un beso, pero sería el primer beso fuera de su adolescencia que diera con amor, era obvio que lo asustaba y más cuando el otro chico no gustaba de él.

Deja eso por la paz, hace horas que tu tampoco querías una relación y ahora aquí estás sintiéndote mal por un chico que solo quiere lo mismo que tú. Deja de ser tan ridículo y enfócate. Rodó los ojos, tenía razón, pero le molestaba tenerla.

Al entrar a la cocina pudo ver a su abuelo comiendo cerezas mientras su abuela bañaba los pastelillos de turrón color rojizo.

—Se ven muy ricos. —Sonrió.

—Y lo son, cariño mío, no es por nada pero la Familia Payne siempre hace cosas deliciosas.

—¿Mamá y papá vendrán? —Preguntó yendo por un cereza. —Sé que tienen mucho trabajo pero ellos no se pierden las competencias del pueblo.

𝑎𝑚𝑜𝑟 𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑟𝑎𝑛𝑐ℎ𝑜 ¡ editandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora