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Después de ese beso en su mejilla Liam pudo sentir como todo cayó en picada, no de mala manera, pero si destruyendo sus fantasías en donde vivía rodeado de animales y nada de esposos románticos. Todo eso había cambiado por un Zayn y un Liam bañándose en la lluvia mientras jugaban en los charcos de barro, o en ellos recolectando manzanas para preparar una rica torta juntos.

Le gustaba y a la vez lo asustaban esos pensamientos.

La cosa era, ¿Cómo se concentraría ahora? El concurso de pasteles sería la semana entrante y tenían que comenzar desde ahora a practicar, utilizarían las recetas viejas de la familia Payne, pero aún no sabían cuál era la indicada. Ya habían tres quemados y dos que no habían salido porque él no estaba atento.

¡Con Zayn en su cabeza no podía!

—¡Tenemos que ganar familia! Así que dejen de comer moscas y recuerden en el trofeo y el dinero que nos llevaremos si ganamos el primer lugar, podríamos comprar nuevos materiales para un tejaban atrás de la casa o un nuevo coche. Pero en especial, destruir a los Ramírez. —Sonrió con notorio deseo por cumplir eso.

—Lo sé, viejo, pero aquí Liam que no se que le pasa. —El castaño se sonrojó picando el pastel que había quedado más o menos bien. —¿El bichito del amor ya te picó?

—Ojalá la roncha se vaya de una vez porque necesito que ganemos.

—Mira, James, solo trata de mandar al fondo de tu cabeza a Malik y todo estará bien, porque yo no pienso dejar que los Ramírez vuelvan a ganar ese trofeo. —Gruñó. —¡Esos señores siempre parloteando de lo buenos que son sus postres! Y ese viejo de Ramírez. —Entrecerró los ojos mientras su boca se apretaba.

Los Payne y los Ramírez nunca se habían llevado bien, todo comenzó cuando ambas familias compraron terrenos en el pueblo con los mismos objetivos: hacer crecer un rancho y convertirse en los mejores distribuidores de frutas, vegetales y animales. Y aunque al principio la suerte estuvo del lado de los Ramírez, ahora todo había cambiado con las buenas decisiones que tomó el abuelo Ramírez. 

Desde siempre han competido en varios aspectos, en los cuales la ventaja la llevaban los Ramírez, por ello el enojo de su abuelo. 

A los ojos de los demás parecían peleas de niños, ¡pero para ellos es una guerra a muerte! Por eso debían de ganar.

—Dejaré de pensar en Malik, no me volveré a distraer. —Dijo Liam yendo por la harina. —Tenemos una competencia que ganar.

—¡Así se habla, James! —Aplaudió su abuelo. —Pero dejemos los pasteles a un lado, creo que el olor a quemado me está afectando —Liam rio mientras veía a su abuelo caminar de un lado a otro pensando. — ¿Qué tal si mejor preparamos pastelillos? Las manzanas son parte de nosotros, así que ¿por qué no ponerle un poco de lo que cultivamos? En todo cado el pastel de chocolate ya está bien gastado, ¡y tenemos que hacerlo mejor que los Ramírez ratas!

—Pero el pastel es rico–

—Cállese y vaya por las manzanas. —Rodó sus ojos tomando la cesta que estaba en el piso sin chistar.

Caminó lo más rápido posible al manzano esperando no ver a Zayn por ningún lado, debía de mantener su cabeza enfocada en los pastelillos, no quería que salieran quemados o que quedaran aguados. Debían de quedar exactamente en su punto.

Pero moría por verlo aunque fueran unos segundos, de verdad que esto de que te gustara alguien era complicado, ¿O tal vez era él el que lo volvía así?

Unos brazos fuertes se envolvieron en su cintura, el olor tan particular del hombre llegó hasta él desconcertándolo, un pecho duro chocó contra su espalda y pudo sentir un bulto gigante rozando su trasero. La cesta cayó al pasto junto con las manzanas que había recolectado, mordió su labio con fuerza mientras el roce se hacía cada vez más intenso.

Vaya que el estúpido de Zayn era bueno.

—¿Cómo estás, dulzura? Hoy amanecí con unas tremendas ganas de verte y decirte lo mucho que me prende verte con esta ropita que apenas y cubre tu cuerpecito. Madre mía pero si eres un chiquillo hermoso por todos lados.

—Deberías dejar de ser tan cochino, Malik.

—Pero si cariño, apenas voy agarrando viada. —Rio en su oído causándole la piel de gallina al castaño, Zayn había detenido su movimiento pero aún no lo soltaba. No deseaba tenerlo lejos y él no mintió cuando dijo que tenía tantas ganas de verlo, siempre las tenía, pero desde que Liam le estaba abriendo paso a su corazón sentía que debía de dejarle en claro cuanto lo deseaba. —¿De casualidad tu mamá es repostera? Porque horneó tremendo bombón.

Liam sonrió mientras rodaba los ojos. —Gracias, papito.

—Mhm, papito, me gusta, pero quedaría mejor si me dices "amor mío dueño de mi culito, mis sueños húmedos y mis masturbaciones", ¿No, dulzura?

—Estarás todo pendejo, ¡Sáquese! Tengo pastelillos que preparar. —Se agachó a recoger la cesta junto con las manzanas, Zayn aprovecho cuando vio el trasero respingón de Liam frente suyo, ese castaño si sabía como volverlo loco sin tanto esfuerzo, por ello dejó caer una palmada en su cachete derecho escuchando un pequeño gemido del niño.

Pinche ángel precioso. —Harás mucho más fuerte el día que te tenga en mis brazos, en mi cama y encima de mi pene mientras brincas, dulzura. Ahora te dejo trabajar y espero esta noche te toques y gimas pensando en mí, en lo delicioso que será cuando lo hagamos. —Mordiendo su labio lanzó un beso a la carita roja de Liam cuando este volteó a verlo. 

Se alejó sonriendo, podría aguantar unos días más en lo que la competencia pasaba, después de eso lo haría suyo para siempre.

El castaño había quedado con la respiración agitada y mojado, le esperaban unos días muy difíciles con Zayn.

[...]

no sé como changos estoy trayendo los capítulos tan rápido pero denle gracias a las caricaturas porque desde siempre me llenan de paz, amor y 🐁inspiración🐁

los amo muchito, muchito <3

𝑎𝑚𝑜𝑟 𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑟𝑎𝑛𝑐ℎ𝑜 ¡ editandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora