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Sus botas grises estaban embarradas de popó de caballo mientras estaba en los corrales, le había dicho a su abuelo que cuidaría de Dash mientras este mejoraba de su estómago. Ya le habían dado los analgésicos para los cólicos pero igual el caballo no lograba dejar tranquilo su estómago, por ello Liam estaba ahí, para cuidar de que no se lastimara.

Pero era tan difícil con Dash porque no se estaba quieto.

Y eso comenzaba a desesperarlo.

—Cariño, cálmate, el dolor ya pasará. —Tomó el cepillo y lo pasó por la melena del caballo, este comenzó alejarse del tacto de Liam tirándose en el otro extremo del corral. —Eres un caballo grosero, ya te lo había dicho, ¿No? 

—Salió igual al dueño, dulzura.

—¡¿Es que no hay un lugar donde tú no estés?! —Gruñó viendo como Zayn se recargaba en la pared del corral.

Zayn le había dicho a su abuelo que podría ayudarlo con la cosecha de las manzanas, tenían sólo una semana para entregar los pedidos a la ciudad y necesitaba toda la ayuda posible, y claramente el moreno nunca desaprovechaba una oportunidad para estar cerca del castaño, y en cuanto podía se escapaba para ir a verlo.

No podía decir que es acoso, pues a él le gustaba ser el centro de atención del moreno sexy y mirada penetrante. Aunque le gustaban muchas cosas de él que no pensaba mencionar en voz alta.

—A donde sea que tu vayas mi corazón te seguirá, cariño. —Liam con sus mejillas rojas le quito la vista de encima volviendo a Dash que buscaba morder su panza.

Maldito Zayn.

—¡Ya déjate ahí, caballo apestoso!

—El caballo no es el que huele feo, son tus botas, cariño. —La risa de Zayn solo logró ponerlo mas alterado.

—¡Mejor vete de aquí si solo vas a estar molestando! ¿Qué no ves que Dash esta enfermo? No tengo humor para andarte aguantando. —Comenzó acariciar la panza del animal haciendo que este se relajara.

Ojalá fuera sol para darte todo el día.

Ese no estuvo tan mal. 

Zayn sonrió de lado viendo ese color rojizo en las mejillas del menor.

—Ni bañándome se me quita todo lo sucio que quiero hacerte, dulzura. Una completa ricura te cargas entre las patas.

—¡Vete mucho a chingar a tu madre, sáquese! —Gruñó mientras escuchaba la risa escandalosa del mayor.

Debía admitir que al menos se esforzaba en ellos.

[...]

epa, ¿les va gustando? :3
por cierto, subí una nueva fic, ksjsks

𝑎𝑚𝑜𝑟 𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑟𝑎𝑛𝑐ℎ𝑜 ¡ editandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora