SEÑOR

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Soñé que me ahogaba en el río
Se cortaba el respiro que hundido
Tenía una sola cosa que hacer
Tratar de salvar mi mundo perdido.

Gritos y lamentos por mi culpa
Por aventarme y no pensar en excusas
Visualizando lo que quisiera y podría
No había culpas, todas estaban reclusas.

En mis adentros pude pensar en malas ideas
Lanzarme al avismo no era una de ellas
Pero lanzarme al amor
Eso si que era era arriesgarse de veras.

Que raro suena el despertador
Parece un grito desgarrador
Pero solo es la voz del consuelo
A quien todos llamamos Señor.

POEMAS DE UNA MENTE PERDIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora