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No había nada tan difícil como viajar, o al menos para Firemond y Merli Gerik, ellos dos solían colarse en los barcos o aviones de carga, no era lo mejor, pero así podían viajar grandes distancias, y hoy, era uno de esos días, en encontraban en el puerto, se iban de Noruega rumbo a Alaska, ya habían localizado el barco que los llevaría, ahora faltaba lo más difícil; subir a el. Había un par de hombres en la cubierta, impidiendo así su entrada, esperaron pacientemente, hasta que se retiraron, y ahí sí con gran velocidad fueron hasta la bodega del barco, allí se escondieron donde no los vieran

Firemond: bueno, ya estamos dentro, supongo que a esperar a que lleguemos

Merli: sí, a esperar, es un largo viaje ——dijo abrazando a Firemond

Firemond: ¿crees que la nieve de Alaska sea diferente a la de Noruega? ——preguntó mientras abrazaba y se apegaba al contrario

Merli: pues, si la de Francia en invierno y la de Noruega son iguales, supongo que la de Alaska igual, ¿no?

Firemond: oh, es verdad eso, ¿crees que Akstone esté en Alaska?

Merli: la verdad, no lo sé

Firemond: realmente quiero encontrarlo

Merli: igual yo, y supongo que igual él, pero por ahora voy a darte amor, ¿te parece?

Firemond soltó una pequeña risa, y luego lo miró a los ópticos

—me parece

Merli se acercó a él y le dio un beso, al que Firemond correspondió cerrando sus ópticos, luego de varios segundos se separaron, y se siguieron mirando a los ojos, Gerik con una de sus manos le acarició la mejilla, Firemond con una sonrisa acomodó su cabeza en el hombro de su pareja y así permanecieron el resto del viaje, dándose besos, abrazos y caricias.

Finalmente al llegar a su destino, luego de asegurarse de no ser vistos, huyeron de aquel barco, y se alejaron del lugar, hasta llegar a una montaña, la cual estaba cubierta de nieve

Firemond: ¡mira! ¡Mucha nieve! ——dijo emocionado

Gerik: y es exactamente igual a la de Noruega ——dijo tomando un poco nieve

Firemond: es verdad ——en ese instante recibió un una bola de nieve justo en su brazo—— ah, ¿estás retándome ——dijo arrojándole una bola de nieve

Gerik: quizá

Firemond: grave error

Así los dos empezaron a corretearse y a arrojarse bolas de nieve, duraron un buen rato jugando, para finalmente buscar un refugio para pasar la noche y su estadía en Alaska.

Cosas que a nadie le importaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora