Huida

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Luego de varios días de viaje, los Autobots llegaron a la tierra, Akstone duró unos días en la nueva base, mientras aprendía algo del nuevo planeta, cuando ya supo lo básico, y contaba con una holoforma, decidió huir, ya no soportaba a Wheeljack, además de que no entendía nada de la guerra y su sueño era ser minero.

Pero, antes de irse, aprovechó que Wheeljack estaba fuera del laboratorio hablando con Optimus, este entró, y dejó algo en ese lugar, para que luego Wheeljack lo hallara, luego de eso huyó.

Más tarde llegó Wheeljack a su laboratorio, y vió algo encima de la mesa, se acercó, y era una carta, la tomó en sus manos, la abrió y la leyó:

Odiado Wheeljack;

te escribo esta carta con el motivo de informarte que me voy, me voy para nunca regresar, ¿la razón?, contigo no soy feliz, no tengo motivo alguno para quedarme, pero sí muchos para irme.

En condiciones normales no te diría nada, pero, cuando escapaba a la mina, conocí a alguien, su nombre es Firemond, y él siempre me dio consejos de como mejorar nuestra convivencia, yo hice caso, pero jamás me escuchaste, quizás ni leas esto, ya que no te importa nada más que tú, pero aún así, esta carta es para decirte que gracias a Firemond decidí decirte de mi huida.

También quiero decirte que te odio, pero, ¿sabes?, no siempre fue así, yo alguna vez te admiré, admiraba tu capacidad para inventar cosas, que era yo tú mejor invento, y también crecí creyendo que era tú orgullo, pero cuando crecí, me di cuenta de que no era así.

Nunca me escuchaste, nunca me aconsejaste, nunca demostraste que me apreciabas, y solo me dañaste por dentro, fue Firemond él único que me ayudó, pero luego tú no te ayudaste, y ahora me iré.

Sé que estarás feliz de que yo me vaya y deje de estorbarte, suerte con tus inventos y recuerda que alguna vez alguien quiso ser tú hijo, pero por tú conducta prefiere irse a vagar a su suerte.

Att: Akstone.

Luego de leerla, vio que al lado estaba un dibujo, un dibujo aparentemente hecho por Akstone cuando solo era un pequeño sparkling, estaba algo doblado, lo miró, y vio un dibujo de él y Akstone construyendo algo juntos, miró el otro lado, y ahí con pintura estaba marcada la pequeña mano del mech, en ese momento recordó el día que Akstone le dio aquel dibujo, era un joven mech que escasamente sabia hablar y coger un lápiz, sus dibujos eran feos y desfigurados, pero teniendo en cuenta la edad, eran bien logrados, recordó también que cuando Akstone le entregó la carta él lo miró, vio la mano pintada y luego le dijo que estaba ocupado, pero jamás la tomó y la abrió, al verla ahí, en sus manos, luego de tanto solo algo cruzó por su mente: "Firemond tenía razón", luego en una esquina notó algo, un pequeño texto, que solo decía: "la conservé con la esperanza de que algún día la vieras, pero ese día nunca llegó", finalmente guardó la carta y el viejo dibujo y se fue a seguir sus labores.

Por otro lado, Akstone solo se dedicó a andar en su modo alterno, andó y andó, estaba perdido por completo, no tenía idea de en dónde estaba, no había visto nada más que otros vehículos por aquella calle grande y larga, hasta que escuchó algo, era un sonido rítmico, se acercó al lugar con la intención de saber que era, y descansar un poco, al llegar encontró un coliseo, y una plataforma de concreto, donde habían algunas personas, con objetos que sonaban, se transformó en su holoforma, y se acercó, observó con atención, todos marchaban exactamente iguales, tocaban juntos, y a él le gustaba como sonaba, se quedó un rato viendo, y cuando aquella banda finalizó, él se acercó al director de la banda

-¿se te ofrece algo joven?
-preguntó el hombre

Akstone: eh, sí, yo soy nuevo por estos lugares, vengo de un lugar muy remoto, y quisiera saber, ¿qué hacen ustedes?

-vaya que vienes de muy lejos, lo que hacemos se llama música, ¿te gusta?

Akstone: sí, y yo, ¿podría hacer música con ustedes?

-claro que sí, pero dime, ¿cuál es tú nombre?

Akstone: mí nombre es Akstone, ¿y el suyo?

-mí nombre es Oscar, es un gusto conocerte, y recibirte con nosotros

Akstone: el gusto es mío, y para mí es un honor que me reciban, ¿qué voy a hacer yo?

Oscar: eso depende de lo que tú quieras

Akstone: ¿acaso puedo elegir?

Oscar: claro, nosotros tocamos instrumentos musicales, y si tocas uno que no te llama la atención, no te vas a empeñar tanto en él, en cambio si tocas uno que te llama la atención, siempre le pondrás empeño a lo que haces, pero eso escoges

Akstone: así que, antes de tocar un instrumento hay que amarlo

Oscar: ¡exacto!, eres bastante inteligente por lo que veo, ahora escoge, supongo los oíste en el ensayo

Akstone: okey... -Él joven mech miró a su alrededor, hasta que vio un instrumento peculiar, el cual se conformaba por teclas y un cargador- oye, ese instrumento nunca lo ví

Oscar: oh, se llama glockenspiel, contamos con dos pero nadie se ha animado a tocarlo

Akstone: y... ¿Por qué?

Oscar: es algo pesado

Akstone: uh...

Oscar: veo que te intriga, hagamos algo, tú lo pruebas, y me dices si te gusta, tal vez pese, pero con el tiempo te adaptarás

Akstone: de acuerdo

El mech se acercó y tomó el instrumento en sus manos, de verdad pesaba, pero no entendía como usarlo, el hombre solo sonrió, y se acercó, tomó el otro glockenspiel, y se lo cargó, para enseñarle a Akstone la manera correcta de hacerlo, así que el mech hizo lo mismo, y aunque le costó un poco, cuando lo logró sonrió

Akstone: ¿y cómo se toca?

Oscar: con esto -le entrega un par de golpeadores- se llaman golpeadores, tienes que golpearlos en las teclas, no hagas tanta fuerza, y jamás de los jamases se te ocurra deslizarlos por las teclas, ¿entendido?

Akstone: entendido

Él tomó los golpeadores, y los golpeo suavemente, tenía un sonido peculiar, era grave, muy grave, y aunque sonaba duró, era un sonido suave y tranquilo, le recordó al tono de voz de Firemond, grave y serio, pero suave y tranquilo, al recordarlo dio una sonrisa

-me lo quedo
Afirmó el mech

Oscar: excelente, por ahora déjalo, tenemos ensayos martes y jueves de 18:00 a 20:00 y sábados de 14:00 a 18:00, así que nos vemos el jueves, ¿vale?

Akstone: eh... Pues de donde vengo el horario es distinto, y estoy perdido

Oscar: ya veo, haber en este momento son las 20:30, y es martes, luego pues obviamente viene el miércoles, y luego el jueves, ¿ya?

Akstone: okey, gracias

Oscar: gracias a ti.

Luego de ello se despidieron, y Akstone empezó o organizarse en aquel lugar nuevo, un pequeño pueblo, donde halló un hogar donde vivir, un pasatiempo, y en el pueblo vecino, una mina en la cual trabajar como siempre había querido.

Cosas que a nadie le importaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora