capitulo 12

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A la mañana siguiente Tom pasó por la pequeña coral, durante todo el camino, intento pensar con qué tipo de tacto le diría a Elizabeth la verdad de Allan.

Llegaron al restaurante que Thomas había planeado perfectamente, era un restaurante a las afueras de Londres, con temática de la era victoriana, por alguna razón sabía que ese lugar le fascinaría y no estaba equivocado, ver a la pequeña Coral sonreír genuinamente al ver los jardines del restaurante, sus ojos se llenaron de alegría y Tom no podía dejar de verla.

-Tom, deja de verme así- dijo con una sonrisa y las mejillas coloradas.

-lo siento no sabía que yo te esta... ¿estas sonrojada?- dijo completamente desencajado.

-¿yo? No- dijo ocultando sus mejillas detrás de sus manos.

Comenzaron a reír bastante relajados, Thomas no había visto a Elizabeth con esa característica, es como si el perfume de las flores y el ambiente transformaran a Elizabeth Coral en Jane Benet, llena de dulzura y cariño, pero que pasa si en verdad era así, si la pequeña hermana en verdad era dulce y cariñosa, había tantas cualidades que había descubierto en los últimos días que se encontraba en una espiral de emociones y confusiones...

-bienvenidos, tenemos una boda celebrándose así que esperamos que no les importe tomar sus alimentos en uno de las pérgolas del restaurant-

-¿pérgola?-

-es ese pequeño techo en un jardín- dijo Tom señalando la pérgola.

Los ojos de Elizabeth se iluminaron y en ese momento Tom sonrió mientras la veía y con la cabeza le hizo una seña a la recepcionista, dando a entender que tomarían los lugares ofrecidos.

Comieron delicias victorianas, que, al principio la pequeña coral se veía renuente a probar, sin embargo, la curiosidad la llevó a probar.

-Elizabeth, sé que no debería preguntar esto pero...- Tom estaba a punto de hablar...

-disculpen, aquí hay papel y plumas para que escriban-

El personal le entregó a ambos una hoja con aspecto antiguo y unas plumas de igual naturaleza, cellos de lacre y un hornillo, la pequeña sonrieron con la idea y simplemente se puso a escribir una carta...

-¿puedo saber que escribes?-

-no- dijo sonriendo dulcemente –lo siento, es una carta a mis padres- dijo con un poco de tristeza.

-lo siento, no quise...-

-no, no eres tú, soy yo... hace mucho tiempo que de verdad no pensaba mucho en ellos, creo que te lo debo a ti-

-¿eso es algo malo?-

-claro que no, es solo que he vivido mucho tiempo... en fin que bonitas cosas hacen aquí-

El desayuno terminó, las pequeñas actividades que Thomas pensó fueron bastante lindas y así se retiraron, sin embargo algo en los letreros de la boda que no les dejó desayunar en el restaurante, "Lisa Smith & Allen Bradbury" cuantas posibilidades había que esto pasara en  verdad.

-¿Tom?-

-dime-

-hay... simplemente creo que esto sea lo que creo que sea-

-pues...-

Las puertas se abrieron para darle paso a una persona y con esto dejar a la vista a los novios y fue ahí cuando vieron al novio, el mismísimo Allan, digo Allen, quien felizmente comía pastel y poco a poco iba dándose cuenta de quienes los observaban...

-bueno esto es raro- dijo Elizabeth con aparente calma.

-¡kitty!- dijo ya estando cerca de ellos dos – ¿qué haces aquí?-

-era hora del desayuno ¿tú que haces aquí? ¿Hora de casarse?-

-¿Por qué le dijiste?- protestó Allen.

-¡ah, claro! Tú lo sabias- dijo la pequeña.

-yo...- quizá defenderse el padrino

-Kitty, lo siento, yo...-

-Allan, no importa ya-

-soy Allen...-

-¿cuál es la diferencia? ¡No existes! simple como eso- dijo tratando de calmarse.

-¿cariño que pasa? Dijo la chica que se suponía era la novia

-nada amor ve adentro, no te preocupes-

-tengo mucha pena por tu futura esposa, eres un basura- dijo Tom una vez que la futura esposa se había marchado.

-siento lo mismo, lo gracioso es que piensas que eres el único mentiroso aquí...-

-¿a qué te refieres?-

-Elizabeth vámonos de aquí-

-claro, no hay necesidad de pasar más tiempo aquí-

-¿Elizabeth, tu nombre no es Kitty?-

-qué fácil es engañar a un tonto- dijo Tom pasando su brazo por los hombros de Elizabeth de manera muy romántica.

-y tu nombre no es Allan- dijo ella triunfante.

-¡me llamo Allen!-

-que importa- dijo ella riendo –pudo haber sido muy divertido-

-¿Qué es esto una clase de broma?-

-travesura- dijo Tom –ahora puedes dejar de llamar a mi chica-

-adiós Allan-

-es Allen- se quedó diciendo.

Dejaron hablando solo al pobre tipo que se encontraba en plena fiesta, mientras ellos se iban triunfantes, aunque el padrino no tomaba en cuenta el estado de ánimo en el que venía la pequeña coral, no tenía idea en lo que se ella se estaba convirtiendo, el padrino dejo que la fierecilla se calmara de camino al auto y de camino al departamento de Tom, el silencio era sepulcral, llegaron, bajaron de auto, subieron al departamento, estaban arreglando todo para comenzar a ensayar cuando Thomas decidió hablar por fin:

-Elizabeth...-

Mi caballero usa un Ralph Lauren [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora