Capitulo 4

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Cuando la pequeña Elizabeth tenía ocho años en la escuela primaria, en el festival del día de las madres, la pequeña Coral pasó con la confianza de mil hombres, sin embargo cuando se paro y la música comenzó a tocar, la voz comenzó a salir como un chillido  tonto, cuando terminó la todos reían, niños, maestros, familia. No lloró, tragó saliva y se tragó su vergüenza, solo una persona no rió ni por un momento, su adorada hermana Esmeralda.

-Elizabeth quiero que cantes en la boda-
-no- dijo ella inmediatamente.
-¿por qué tan abrupta respuesta?-
-debido a la abrupta pregunta- contestó divertida.
-vamos bebé- dijo Elizabeth
-cantar en público Esmeralda, no lo hago desde... hace muchos años-
-sin embargo sigues cantando, te he escuchado y lo sabes, lo harás bien, además, te amo y como sea que cantes para mí serán los mismos Ángeles-
-no me hagas hacerlo-
-te lo dejo a ti... Ya sabes lo que quiero tu eliges- dijo sonriéndole.

Ya Elizabeth sabía que no podía reusarse lo más mínimo, lo único que podía esperar era que los invitados quedarán sordos unos minutos antes de que ella cante y unos minutos después.
Los preparativos de la boda de Esmeralda marchaban constantemente, sin embargo habían dos cosas que simplemente exasperaban a la pareja pues, a pesar de siempre estar de acuerdo en casi todo, no se podían poner de acuerdo en el banquete.

-estoy muy de a cuerdo que Tom te acompañe a la prueba y que Elizabeth me acompañe a buscar esmoquin-
-o sea que piensas que no tengo buen gusto en ropa- dijo divertida.
-tan buen gusto como yo con la comida- dijo besándola.
-chicos mañana tengo el día libre o se les ocurrió algo para... lo siento- dijo interrumpiendo.
-descuida Elizabeth-
-Edward creo que ya puedes decirme Liz o Eliza, dependiendo de cómo quieras-
-¿enserio?-
-claro- dijo saliendo camino al baño-
-creo que ya me quiere- dijo en un susurro.
-creo que ya te quería-
-no me había dejado llamarla Liz-
-tienes razón, ya te quiere- dijo Esmeralda divertida.

El día en que la pequeña Coral y Edward fueran a ver el esmoquin del novio llegó por lo que ni tan temprano fueron a ver en diferentes lo lugares, al ser ambos trabajadores del mismo campo estaban muy bien sintonizados, ella de lo que su hermana quería, y el de lo que le quedaba bien, según su prometida, al tercer lugar Edward encontró el modelo perfecto sin embargo el ajuste de este era un poco necesario, mientras la persona encargada se hacía responsable del cambio la pequeña Coral se paseaba viendo más cosas en el local.

-¿Kitty?-
-rayos- susurró muy por debajo.
-Allan ¿verdad?-
-Allen-
-claro, disculpa-
-no te preocupes... ¡hey! Traté de llamarte, pero obviamente no me Contestabas tu-
-¿enserio?-
-¿sigue siendo tu numero?-
-¿termina en 64?-
-déjame ver- Dijo viendo su teléfono celular -no- dijo sonriendo quizá me diste el viejo-
-si quizá, hey...- dijo ella desviando la atención -¿que te trae por aquí?-
-seré padrino necesito un esmoquin, ¿y tú?-
-seré madrina de honor... el novio necesita un esmoquin-
-¿cuando de casa?-
-en un par de meses-
-te gano, un mes- dijo señalándose a él mismo.
-muy cerca-
-lo sé, me pone nervioso, todos corren, gritan y se desesperan-

Al otro lado de la tienda Edward ya había visto al sujeto hablando con Elizabeth y ya se había dado cuenta de quién era y como hacía sentir a su futura hermana, así que se quitó parte del esmoquin y fue a verla.

-Kat, ya casi termino pero no puedo con este saco-
-¿Kat?- dijo Allen.
-inmediatamente- dijo ella con una sonrisa -lo siento Allan me tengo que ir-
-si claro, pero soy Allen-

La pequeña Coral prácticamente corrió en dirección a Edward, agradeciéndole con la mirada la acción que la había salvado de un momento de incomodidad, ella hacía como que le ayudaba mientras prácticamente esperaban a que el intruso se marchara.

-muchas gracias Edward-
-te veías incomoda-
-lo estaba-
-¿qué te incomodó? Si me permites la indiscreción-
-diablos eres tan inglés- dijo soltando una curva en sus labios -no me siento cómoda, porque no lo conozco... y simplemente no me inspira mucha confianza-
-entiendo muy bien a lo que te refieres- dijo, sin embargo en su mirar había algo más.
-suéltalo Edward- dijo Elizabeth.
-sin embargo, no me refiero al chico  con el que conversas, pero sí no le das la oportunidad a alguien de acercarse, podrías estar sola mucho tiempo-
-¿qué de malo tiene estar sola?- dijo un tanto exasperada.
-... no mucho- dijo pensándolo -pero cuando te sientas sola, triste o feliz, siempre es bueno tener a alguien... no a una pareja, simplemente a alguien-
-aún tengo a Esmeralda-
-estoy muy de acuerdo con eso... pero habrán cosas que tal es preferirías contárselo a alguien más-
-no lo creo-
-no es bueno que una persona esté sola-
-está bien, me compraré un gato-
-¡si!- dijo Edward riendo fuertemente -y para que la gente no te moleste nómbralo... novio y así cuando te retires de algún lugar digas voy a ir a ver a mi novio-
-sí y después compraré otro y lo nombraré esposo, para decir hoy dormiré con mi novio y mi esposo-

Edward rió tan fuerte que le saco otra curva en los labios a la pequeña Elizabeth, después de percatarse que el tal Allen ya se había retirado ellos emprendieron el camino al departamento de la futura novia.




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Espero que disfruten esta nueva historia, me ha costado un poco sacarla y vamos poco a poco, y anunció que las actualizaciones serán cada sábado, en la noche.
Anunció también que estaré usando palabras en inglés las cuales tendrán traducción en los comentarios de cada frase en otro idioma.
Dejen sus comentarios por favor, saben que me encantan leerlos y responderlos
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Mi caballero usa un Ralph Lauren [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora