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Una de las incógnitas más frecuentes entre el ser humano, es respecto al verdadero significado de la muerte

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Una de las incógnitas más frecuentes entre el ser humano, es respecto al verdadero significado de la muerte. ¿Qué es realmente? ¿Un estado? ¿Una segunda vida? Si eso fuera real, entonces la palabra de "muerte" perdería su significado dado por el diccionario. Para algunas personas, la muerte es el final de una línea de vida, para otros es un portal a otra escala de la vida, pero para SeokJin no es más que un martirio con el que debe lidiar día a día. Tal vez lo crean un cuento, que está loco, pero el ve y escucha fantasmas a cada hora del día, sin importar cuando o donde, porque a pesar de que vivimos tranquilamente no somos muy conscientes de que alguien puede estar muriendo a unos pocos metros de nosotros. Jin no necesitaba que se lo recordara, lo sentía perfectamente.

Muchas veces el omega se preguntaba porque todavía no lo metían a un psiquiátrico, tal vez porque se volvió buen actor en disimular ciertas cosas y disminuir sus ojeras con algo de maquillaje. A pesar de todo lo que llegó a perder logró salir a flote con su cafetería, su cocina era una delicia y sus clientes eran excelentes, por lo que no le llevó mucho tiempo sobreponerse a su divorcio desde hace un año, lo único que todavía no se iba era su lazo con NamJoon, pero no sabía si realmente quería que se desvaneciera.

—Mañana es lunes, solo espero que logremos cubrir la cuota de las rosquillas —se quejó Jin mientras dejaba su lápiz sobre la mesa.

Era domingo, pasadas las once de la noche y se la pasó desde hace dos horas haciendo cuentas y planeación del nuevo menú que iniciarían el día de mañana. Estaba considerando darse una ducha, pero sentía que si el agua tocaba su cara ya no podría dormir, lo cual no traía mucha diferencia porque en ocasiones algunos fantasmas se comunicaban con él por medio de sus sueños, aunque no le molestaba si eran algunos pervertidos. Era gracioso, le costaba un poco de trabajo atraer algunos chicos lindos vivos, pero muertos tenía por montones.

Se dirigió a su habitación para colocarse la pijama, aquella de alpacas que tanto le gustaba y hacía ver bonito. En el proceso pudo sentir un ligero escalofrío recorrer su columna, sabía que se trataba de su media hermana, ella siempre aparecía para velar su sueño por las noches, ahuyentando a cualquier fantasma que quisiera infiltrarse en sus sueños. A pesar de que ella falleció hace cuatro años, no podía dejar a un lado sus hábitos sobre protectores de hermana mayor, agregando el hecho de que es alfa, YangMi sin dudas no lo podría dejar en paz incluso después de la muerte.

—No volviste a tomar esas horrendas píldoras para dormir, ¿verdad?

—Aunque quisiera tomarlas no surten afecto, solo me provocan más pesadillas de lo normal —respondió Jin a través del espejo, viendo a su hermana por este.

—Bien ya estoy aquí, puedo asustar a cualquier desgraciado con mi presencia alfa.

—Es una de las pocas cosas que agradezco de los espíritus del más allá —confesó el omega, terminando de darse su último enjugue bucal.

Una vez preparado para dormir, se cubrió con las amplias mantas de su fría cama matrimonial, viendo por última vez al espíritu de YangMi antes de caer en un profundo sueño. Esa parte era la mejor del día, donde estaba en proceso de entrar al mundo de los sueños, pero sin salir de su subconsciente totalmente, porque en ese lugar no tenía pesadillas y tampoco tenía que ver su realidad fantasmal. Esperaba que esta fuera una noche normal, pero al parecer alguien tenía otros planes en mente para él.

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