Ghost Lights

1O

Si pudieras cambiar algo de tu vida, ¿qué sería? ¿Nada? ¿Todo? SeokJin no estaba del todo seguro de la respuesta, pero estaba arrepentido de muchas cosas que hizo a lo largo de su vida, ni siquiera estaba seguro de que fuera buena idea atreverse a casarse con Kim NamJoon, tal vez esta situación hubiera sido menos dolorosa en comparación a cuando perdió a su madre o incluso cuando YangMi falleció. Desde que era pequeño sabía que tendría más dificultades que otras personas, aunque el tiempo le ha ayudado a sanar heridas, algunas fueron tan profundas que dejaron una cicatriz en su lugar, podía imaginarse una vida con ocasionales insultos no solamente por dar un aire de locura al intentar contar su don, sino también por el hecho de ser un omega y el tabú respecto a este mismo tema y también tenía miedo de descubrirse a sí mismo como a un fenómeno.

Jin también es un humano, no toda su vida consistía en sufrimiento y eso es lo que le ayudó a mantenerse centrado en su realidad, uno de los regalos que la luna le dio fue conocer en su infancia al que sería su mejor amigo para siempre, Min YoonGi, pero quien realmente fue dueño de la alegría desbordante de SeokJin fue el alfa de hoyuelos hermosos llamado Kim NamJoon. Aún puede recordar a la perfección cuando lo conoció en aquella fiesta de invierno que hicieron entre diferentes facultades por ganar el campeonato nacional de tenis en 1979, recuerda muy bien el momento en que Nam tropezó con sus vasos de soda, posiblemente con licor escondido, y arruinó uno de sus comics favoritos con dicho líquido. No fue un encuentro de película romántica, pero desde ese momento nunca pudieron apartar su vista uno del otro, ni siquiera podía decir que se sintió mal de haberle robado inconscientemente su cita a Bri, la amiga de NamJoon. Lo que empezó con un encuentro accidental fue creciendo poco a poco a un noviazgo y evolucionó a un matrimonio, YoonGi fue gran partícipe de que las cosas continuaran fluyendo entre ellos, ya que eran bastante tímidos como para expresar sus sentimientos uno al otro en esa época, eran incluso peor que esos adolescentes cliché de las películas de romance.

—¡Por el amor de la luna! ¡Ya vayan al grano! —gritó el universitario YoonGi, harto de que sus amigos estaban tartamudeando en el balcón de su departamento, no podían confesar que se amaban sin ser un tomate maduro—. Sí quieren tener sexo vayan a un motel... o mejor denme el dinero y yo me largo de aquí en vez de verlos tener un bebé.

—¡YoonGi, no estaba proponiendo eso! —gritó Nam algo molesto, mientras que SeokJin estaba apenado, pero no podía evitar reír así que solo se cubrió su rostro en respuesta—. Solo quería pedirle que viniera de vacaciones conmigo y mi familia —confesó finalmente con algo de vergüenza.

—Sonaba menos cursi el sexo.

—¡Min YoonGi! —gritaron al unísono.

Después de 2 años de noviazgo decidieron finalmente casarse, aunque a la familia de Nam no le pareció muy buena idea tampoco se quejaron del todo, siempre y cuando pudieran darles descendencia todo estaría en orden y el señor Kim los recibiría gustoso en su casa. Tal vez para algunas personas sea el mayor logro y sueño para un omega como SeokJin tener un bebé, pero en realidad no sabía si realmente deseaba uno sabiendo su condición hereditaria de ver fantasmas, amaba tanto a Nam que prefería no decirle respecto a esto porque podría perderlo si esto involucraba directamente a su bebé. Lo intentaron una y otra vez, pero en cada ocasión que fallaban Jin no sabía si sentirse aliviado o triste, no estaba seguro de sus sentimientos, pero durante el primer año de matrimonio la familia Kim esperaba resultados, un fruto de su amor, el lazo que formaron con cariño y tiempo no valía nada para los Kim, ellos simplemente deseaban ver genética, un ser pequeño que confirmara su unión eterna.