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Jin suspiraba cada tanto tiempo con los nervios a flor de piel, jugaba con sus manos cada tanto y se llevaba una que otra mala mirada con respecto a las omegas que trabajaban en el área administrativa. Las había visto muchas veces cuando iba a visitar a Nam a su oficina y todavía estaban casados, pero ahora las cosas eran distintas y digamos que ante los ojos de la sociedad era mal visto que un omega deje a su alfa, no al revés. Le parecía algo estúpido, eran los años noventa y no podía ser posible que se alteraran por eso, además, consideraba que tal vez nunca debió haberse casado.

De repente se sintió deprimido al pensar la razón por la cual su relación se desmoronó, al menos ante los ojos de SeokJin. Algunos podrían verlo como algo genial ver cosas que otros no, pero para él siempre fue un martirio, no sabía como explicarle a Nam porque amanecía con cortes en sus piernas o brazos, tampoco porque se desmayaba constantemente por la posesión de un fantasma desesperado y mucho menos la razón por la cual... no pudo proteger al amor que ellos cosecharon.

—Perdóname por meterte en esto, pero eres la única persona que puede ayudarme —dijo HeeSook apenada.

—Lo comprendo, pero debes decirme algunas cosas sobre ti para poder salir de esto —susurró en respuesta, procurando que nadie le pusiera atención.

—No recuerdo mi muerte, pero debemos hacer algo para detener a este asesino —explicó con rabia en su voz—. Es un monstruo.

SeokJin podía creerle a la omega, al recordar el estado en que encontró su cuerpo, simplemente no podía imaginarse a un humano haciéndolo, tal vez tenía mucha fe su sociedad, pero había cosas que por más que sean reales, simplemente no entra la idea en su cabeza. Esta mujer le pedía técnicamente hacer el trabajo de su exesposo, lo peor de todo es que si le intentaba proporcionar detalles, se vería aún más sospechoso y si le decía que veía fantasmas iba a ser tomado por loco. Al menos HeeSook era buena improvisando.

—¿Por qué no dejas a mi hermano en paz? —preguntó YangMi con molestia en su voz, mostrando sus colmillos.

—Podría decir lo mismo de ti, alfa —contestó con rudeza.

—Él es mi hermano, me necesita ahora que no tiene alfa.

—Claro, como puedes asustar a otros alfas estando muerta —respondió con veneno en sus palabras.

SeokJin suspiró cansado, cubriendo sus oídos con fuerza para no tener que escuchar a su hermana y a la omega que estaban a cada lado de él. Al menos pudo sentirse aliviado de que YoonGi no lo acompañara porque lo estaría viendo extraño, por parte de HoSeok parece que para él fue un milagro tener que cerrar la cafetería por unos días y lo comprendía, después de todo la universidad seguramente lo estaba matando. Estaba pensando que ya no valía la pena preguntarse por qué él tuvo este don, nada podría hacer que deje de ver fantasmas, mucho menos alejarlos, porque una vez que ayudas a alguno, los demás te persiguen como hormigas a la miel.

Ghost LightsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora