Eres mi constelación - Chanlix - SKZ

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Dicen que la preparatoria es una de las etapas más bonitas que pasan en tu vida, etapa donde haces amigos, etapa donde te diviertes, etapa en la que te enamoras y muchas más cosas que dicen las personas mayores. Sinceramente para mi la preparatoria es mi más grande miedo, mi pesadilla, la peor etapa de todas.

Yo soy Lee Felix, mi país natal es Australia, tengo 18 años y hace 2 años me tuve que mudar a Corea para terminar mis estudios, mis padres se quedaron en Australia debido a su trabajo.

Al principio la llegada a Corea fue buena, pero después se fue tornando horrible, tenía entendido que las personas extranjeras no eran muy bienvenidas en aquel país pero yo creí que me aceptarían por tener rasgos asiáticos, desgraciadamente no fue así.

Aún recuerdo la bienvenida que me dieron, me hicieron creer que ese Instituto era muy bueno, con normas y que los alumnos eran bien portados. Mi segundo día recuerdo como las personas se me acercaban y preguntaban sobre mi nacionalidad, recuerdo haberles dicho y ellos inmediatamente se alejaban de mi, como si tuviera algún tipo de virus contagioso.

Mi verdadero infierno comenzó cuando llevaba un poco más de un mes en aquel Instituto, ya estaba acostumbrado a ser ignorado totalmente hasta por la propia maestra pero de un día a otro todos utilizaban apodos ofensivos sobre mi cuerpo, cara, nacionalidad y llegaron a meterse con mi familia, trate de hablar con las autoridades del Instituto pero resulta que siempre estaban ocupadas, trate de ignorar los insultos, incluso personas sin decencia se acercaban y preguntaban el porque tenía tantas pecas e incluso muchas personas me recomendaban cremas aclarantes, eso me parecía muy racista de su parte. Nunca hice nada al respecto en mi primer año de preparatoria.

Empeoró aún más cuando pase a segundo año de preparatoria, ahora no sólo eran insultos si no también me daban golpes en la cabeza, me aventaban comida, basura y me llagaban a escupir, eso sólo fue al principio de ese año, con el paso del tiempo personas más altas y fuertes que yo se juntaban y me perseguían por toda la escuela para golpearme, mi único lugar seguro era una pequeña cabina con un retrete viejo y muy usado, olia horrible pero era mejor que ser golpeado hasta agonizar, ahí comía y lloraba desconsoladamente, pensaba que escondiéndome ahí nunca me encontrarían, ERROR, tiempo después descubrieron mi escondite, cuando lo descubrieron forzaron el seguro y me dieron una paliza entre todos y después turnandose, sólo recuerdo el tapar mi cara que por cierto no servía de nada por que después me sujetaban entre todos y me golpeaban como si fuera un saco de Box.

Ese dia recuerdo que desperté despues de haber estado inconsciente pero no se por cuanto tiempo, me levanté como pude y camine hacia afuera del Instituto que permanecía abierta hasta las diez de la noche, mi boca sangraba al igual que mi nariz y mejilla, sentía como mis piernas temblaban al caminar y no podía enderezarme debido a que me rompieron seis de mis costillas, cuando vi un taxi le pedí ayuda y me llevo al hospital, el hombre sólo me veía por el espejo retrovisor, cuando llegamos al hospital yo le pague y salí de la auto, todavía recuerdo las palabras de aquel hombre, "No debiste venir aquí, ahora enfrenta las consecuencias" después de haber dicho eso me avento el dinero en el pecho y arrancó el auto para así marcharse.

Entre al hospital y una enfermera al verme en tal estado llamo una camilla, cuando llegó yo me recoste, después de eso no recuerdo nada más, hasta que desperté en un cuarto totalmente blanco, con una bata, con todo el cuerpo adolorido y con una aguja en el brazo por donde entraba el suero. En ese momento entró la enfermera para checar como estaba, por primera vez en corea alguien me había tratado como una persona normal y no como un fenomeno, la enfermera siempre fue amable conmigo todas las veces que paraba en el hospital, por que sí, esa no fue la última vez que me golpearon, al menos hubieron unas cinco veces más durante ese año.

No dije ni una palabra a mis padres por que seguro estarían ocupados por su trabajo, no quería ser una molestia para ellos y por otra parte yo ya me estaba convirtiendo en adulto y tenía que aprender a arreglar mis propios problemas.

Llegaron las vacasiones de fin de año escolar y descanse de las personas que me golpeaban y ofendian cada que querían, no quería salir de mi apartamento más que por ir por comida que es su mayoría era Ramen instantáneo, regresaba comía y dormía, un día de esos en los que salí a la tienda me encontré a un chico quien se acercó sigilosamente y me ofreció un tipo de droga, al principio yo me negué pero después de que me dijera que me ayudaría a relajarme y dejar de sentir dolor yo la compre, incluso me dio su número de contacto por si quería algo más.

Llegué a mi casa ese día y saque las pequeñas pastillas se color verde y rojo que venían en una bolsa pequeña, agarre primero la roja y la tomé sin importarme lo que me llegará a pasar, después de un momento mi cuerpo se comenzó a relajar y mi vista a tornarse borrosa, si se había ido el dolor pero sólo el dolor físico por que el dolor emocional permanecía ahi y más fuerte de lo normal.

Durante todas las vacaciones contacte al chico que me vendía las pastillas y nos veíamos en un bar donde pasábamos las noches bebiendo e ingiriendo todo tipo de drogas, el dinero no preocupaba, mis padres me mandaban buena cantidad.

Cuando acabaron las vacaciones era obvio que tendría que regresar á mi infierno, no podía salir de ese Instituto por que sólo faltaba un año, tenía que soportar un año más en esa escuela de mierda.

Me levanté de mi cama, me bañe, me arregle, cubrí mis pecas con base de maquillaje ya que el verlas sobre mi cara me hacía odiarme aún más, desayune y me dirigí al Instituto donde todos me veían raro, otros con mirada asesina por así decirlo. Camine hasta mi salón de clases, saque mi cuaderno, llegó la profesora y comenzó a dar su clase, hasta que llegó el director con alguien más.

- Buenos días Profesora, tenemos alumno nuevo, lo dejo para que se presenté, por favor tratelo bien, su padre es accionista. - Dijo esto último susurrando pero estoy seguro de que toda la clase lo escucho.

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os leemos luego

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