Eres mi constelación - Chanlix - SKZ

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Felix

Me siento un poco forzado, se que Channie me dijo que sería paciente pero esto que acaba de hacer no tiene nada de 'paciencia'.

Channie es una persona tan linda, me cuida y de verdad lo agradezco pero quizás lo que tengo es miedo, miedo a que me desprecie como los demás, sin embargo lo que acaba de hacer me hace volver a pensar.

De verdad hizo una locura como esa.

Me lo repito mil de veces en la cabeza mientras caminamos agarrados de la mano hacia el salón de clases, muchas miradas están sobre nosotros y murmullos tampoco faltan, una cosa es segura y es que tomarlo de la mano me hace sentir tan bien, me hace sentir querido.

Llegamos al salón de clases y nos sentamos como si nada hubiera pasado, mi estómago no miente y gruñe de hambre, cosa que no pudimos conseguir por que una vez terminado el gran discurso de Channie salimos de ahí ya que había llegado uno de los maestros a ver el desorden.

- ¿Tienes hambre? - Pregunta y yo sólo asiento un poco apenado - fuera de la escuela hay una señora que vende Ttaekboki, espera aquí - volví a asentir y el salió.

Apenas salió sentí como alguien más entró al aula.

Changbin.

Lo del callejón todavía no estaba arreglado y sin negarlo siento miedo, ruego por que Channie llegue ahora mismo.

- Hola Marica - se sienta a mi lado y yo me arrimo al lado contrario.

- Por favor déjame en paz.

- Sólo hablemos.

- ¿De que?

- De lo que paso está mañana.

- ¿De qué acosas a un chico de 15 años? ¿De qué me golpearon hasta dejarme sin aire de nuevo? o ¿Qué más?

- No te hagas el valiente Felix.

- ¿Qué quieres?

- Te haré una pregunta.

- Dila ya.

- ¿Por qué me haces sentir así?

- ¿De qué hablas?

- De esta forma tan asquerosa, siempre que te veo siento la necesidad de que estés cerca de mi, quiero tocarte - pasa una mano por mi pierna y me quedo inmóvil - me gusta molestarte y verte como gritas cuando te golpean pero la peor parte de todo es que me arrepiento en seguida y me dan ganas de regresar a ti y darte un beso - tomo mi cara y la acercó a la de el casi rozando nuestras narices pero entonces reaccione y me separe de el.

- ¿Qué te ocurre? Pervertido!

- No te pongas difícil que así me gustas más - volvió a tomarme de la cara y entonces comenzamos a pelear entre jaloneos y empujones yo no tenía la suficiente fuerza hasta que sentí que todo el peso del Changbin había desaparecido de mi.