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El día siguiente comenzó y como supuso Rosé no quería encontrarse con Jimin. Sin embargo, quería plantearle cara a Jimin y de una vez por todas aclarar sus dudas del porque su comportamiento hacia ella en estos días. Así que sin más se arregló y fue hacia al instituto.
De camino recordó que había quedado con Loren, por lo que decidió que lo buscaría después de hablar con Jimin.
Al llegar empezó a buscar a Jimin para hablar con él, pero no lo encontró. Camino por todo el instituto para ver si podía encontrarlo, pero no hubo alguna pista de él. Estaba a punto de regresar a su salón, cuando lo vio a lo lejos y sin pensarlo dos veces corrió hacia él.
- Jimin – Grito. Este voltio hacia la dirección donde lo nombraron y se encontró con la figura de Rosé.
- Rosie! ¿Dónde estabas ayer? Te marque 35 veces y no me contestaste, incluso te mande varios mensajes, pero tampoco me contestaste es más ni siquiera los leíste. Estaba muy preocupado por ti. ¿Por qué te fuiste de la escuela sin avisarme? Te pudo haber pasado algo – Dijo un Jimin alterado
Rosé no sabía que decir, simplemente se quedó callada, todo lo que se supone que le iba a decir de alguna manera se la había olvidado como si una goma hubiera entrado a su cabeza y borrado todas las preguntas que tenía.
Después de unos segundos sintió como unos brazos estaban alrededor de ella formando un gran abrazo, no tenemos que decir que ese abrazo era de Jimin. Por alguna extraña razón sintió que fue uno esos abrazos donde sentías seguridad y amor donde sentías protección.
Jimin deshizo el abrazo y agarro con delicadeza las mejillas de Rosé.
- Nunca de los jamases vuelvas a hacer eso, promételo Rosie - Advirtió
- Te lo prometo – Respondió suavemente. Y fue así que terminaron con un corto beso.
Ambos se dirigieron al salón agarrados de las manos, cuando se cruzaron con Yuju
- ¡Oh! ¡Hola chicos ¡¿Cómo están? – Saludo alegremente. Jimin soltó la mano de Rosé.
- Hola – Respondió Rosé si ánimos
- ¡Hola Yuju! Nos encontramos muy bien y tu – Respondió alegremente Jimin.
Y fue así que volvió tener esos sentimientos de inseguridad y tristeza, ya que volvió a ocurrir lo mismo que aquel día, un Jimin y una Yuju hablando como si no estuviera la pequeña Rosé. Llegaron a su salón y rápidamente Rosé fue hacia su asiento, puesto que no quería estar un minuto más con ellos.
Paso rápido el tiempo en las clases y ya era la hora de su salida. Rosé estaba guardando sus cosas cuando alguien le hablo.
- Rosé, ¿dónde estaba ayer?, Pensé que nos veríamos – Le comento con una voz suave
- Lo siento Loren, pero me sentía mal, por lo que decidí irme a casa. Siento no haberte avisado – Se disculpó.
- No te preocupes, después de todo podemos salir otro día ¿No crees? –
- Claro – Sonrió Rosé.
- Bueno, me tengo que ir. Mañana te diré que día podemos salir a comer – Comento Loren
- Por supuesto, nos vemos mañana – Sin más le dio un beso en el cachete y el chico se retiró.
