Todo lo que fuimos sin etiquetas [EDITANDO]

4. El último adiós.

—Mi más sentido pésame.

Es lo único que escucho de las personas que vienen a darme sus condolencias la cual solo respondo con un asentimiento de cabeza.

Estoy de pie frente al ataúd donde yace mi abuela, mi barbilla tiembla y las lágrimas descienden de manera rápida.

No puede creer que esto realmente esté sucediendo, que mi abuela esté ahí acostada sin moverse, sin sonreír. Ya no volveré a ver sus arrugas al momento que sonreía ni mucho menos en la manera que fruncía los labios cuando yo preparaba alguna cosa.

Sonrio con nostalgia ante el recuerdo.

La ceremonia culmina y las personas se acercan al ataúd para ver por última vez a mi abuela. En realidad, ella era una persona muy querida, donde iba siempre hacia amigos nunca la veía triste, siempre amable y cariñosa con las demás personas.

Me acerco sigilosamente al ataúd y ahogo un gemido cuando veo su cuerpo tan pálido.

Llevo mi mano a la boca para no gritar, pero es inevitable.

Mis piernas tiemblan demasiado, estoy tratando de sostenerme, pero simplemente no puedo.

—Solo era fuerte por ti, mamá —susurro —levántate por favor, no me abandones —me aferro a su mano —Aún tenemos tantas cosas por hacer, por favor.

No puedo seguir hablando ya que mi voz se quiebra constantemente, me estoy ahogando por dentro.

—¡Abuela por favor, despierta! ¡Debemos ir por el he-helado! El que me prometiste…

Me agarran por los hombros separándome del ataúd y veo como se lo llevan mientras yo grito, lloro y maldigo.

Solo quiero un día más, solo deseo estar contigo.

Por más que demuestre estar bien y ser fuerte en estos momentos no puedo.

Observo como abren el hoyo donde descansará mi abuela, y antes que bajen el ataúd me suelto de la persona que me tenía agarrada acercándome a mi abuela.

—¡LEVÁNTATE! ¡TE LO EXIGO! Levántate… ¡Aaahhh!

—Ven Ha…

—SUELTAME, QUIERO IRME CON MI ABUELA, QUIERO ESTAR CON ELLA ¿ACASO NO LO ENTIENDEN?

Me levanto sin alejarme del ataúd mirando a todos.

—¿Acaso no entienden que la única persona que estaba conmigo se fue? —miro el ataúd —¿Aca-acaso no lo ven?

Me derrumbo, me dejó caer de rodillas en frente de todos y realmente me vale mierda que me observen, solo quiero que esta pesadilla acabe, solo quiero que todo sea como antes.

Esto es por mi culpa, por dejar que fuera sola, tal vez si esperaría más esto no estuviera pasando o al menos me hubiera ido con ella.

—Perdón.

Es lo último que digo mientras veo como bajan el ataúd.

Ya no más risa.

Ya no más bromas.

Ya no más tú.

*

Llego a la casa viendo todo detenidamente, ahora cada rincón será un recuerdo.

Este lugar ya no es un hogar, ahora será un lugar de refugio para mi dolor, donde los recuerdos están vivos, donde la felicidad ya no será una opción para mí.

Tal vez estoy pensando de manera exagerada, sin embargo, cuando la persona que estaba para ti desde que abriste los ojos por primera vez te cuidó y te defendió de todo y de todos sin importar nada, que a pesar de estar enferma lucho para yo tener lo que ahora tengo.

Tal vez no vivo en un lugar lujoso ni tengo las mejores comodidades, pero ella, mi abuela dio todo de sí para mí y eso es algo de admirar.

Paso por su habitación encerrándome en ella, viendo su cama tendida.

Viendo cada rincón del lugar como si quisiera grabármelo y atesorar esto en mi memoria.

Abro uno de sus cajones sacando uno de sus camisones, el que le regale en su último cumpleaños que pasamos juntas.

Inhalo su olor tratando de grabarlo hasta en el sentido del olfato, mis ojos se humedecen nuevamente que me arde de tanto llorar.

Pongo el reproductor para poner una música aleatoria, así no sentiré este lugar tan silencioso.

Suena llorar – Jesse & Joy

Sus cantantes favoritos, los que solía escuchar todos los días y a toda hora.

—Trataré de ser fuerte, trataré —susurro, acostándome en su cama volviéndome un ovillo en ella.

Todo lo que pase con ella pasan en mi mente como película sin pausas, y en cada momento sonrío con nostalgia mientras gotas saladas mojan la cama.

Cierro los ojos para sumergirme en la música y eso provoca que presione mis ojos mientras lágrimas salen al igual que gemidos de dolor.

No sirve de nada ahora que te perdí

Te quiero recuperar

Ven sálvame, despiérteme, rescátame

Del sufrimiento…

No soporto esta idea de haber perdido a mi abuela, a mi madre y mucho menos darle el último adiós cuando realmente quiero estar con ella.

No sé si pueda seguir de pie.

O tal vez estoy exagerando.

Aprieto más su camisón tratando de abrazarla a ella. Tratando de llegar a ella y sentir su cuerpo tibio y ver sus manos arrugadas cada vez que me agarraba su mano.

Sentir su tacto.

Pero sola yo no puedo

No sé como lograr, mi alma reparar...

Hoy la vida me ha enseñado que no todo lo que planeas sucederá, no todo puede ser amor y felicidad.

Desde ahora todo en mí será Soledad y tristeza.