Capítulo 8

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Era difícil descansar cuando mañana hay una expedición, incluso cuando tenía batallas la situación era la misma una noche antes, suponía que se debía a la incógnita de cómo saldrá todo, aún a pesar de haber nacido y entrenada para este tipos de situaciones uno nunca se llega a acostumbrar, porque aunque no sea humana comparto ese tipo de angustias y sentimientos con ellos.

Sin poder caer en los brazos de Morfeo me siento en la cama y observó a Mateo dormir profundamente, su pecho baja y sube lentamente y su pequeña boca está entreabierta, dejando escapar suspiros imperceptibles, recargado en una de las tantas almohadas pulcras que lo rodea.

Era muy tierno ver cómo  restregaba una de sus rosadas y blandas mejillas a pesar de estar dormido, parece que buscaba el calor de una madre, por lo que al ver esto mi pecho se encogió y no me resistí a tomarlo entre mis brazos, viendo que solo abrío un poco sus orbes verdosos para luego volver a cerrarlos, restregandose contra mi pecho para descansar.

El poco tiempo que he pasado a su lado ha sido suficiente para encariñarme demasiado, durante estos días en los que pensé en qué hacer con él, propuse que parte del sueldo que se me otorgará fuera destinado para una niñera y alimentos necesarios para su cuidado al igual que una que otra prenda y pañales, ya que la mayoría del tiempo no puedo hacerme cargo de él, el Capitán Levi acepto y se lo comunico a el Comandante, por lo que mañana antes de partir llegarían por Mateo.

Aprovechando que la noche estaba calmada envolví a Mateo con una cobija pequeña y afelpada para darle más calor y evitar algún resfrío por parte suya, ya que yo si podía sentir lo fresco de la noche pero dudaba mucho que pudiera enfermar por esto, se necesitaba mucho más que el rocío nocturno para afectar mis defensas.

Con cuidado me calce unas zapatillas marrones que se veían en buen estado para ser utilizadas previamente y cuide que mi camisón blanco no se viera roto quitando los agujeros que le hice para mis alas, al verme lista solo partí de la habitación con cuidado, y camine tranquilamente por los pasillos oscuros que solamente eran iluminados con suerte por la luz de la luna si es que tenía ventana, pero en su mayoría este no era el caso, las antorchas se encontraban apagadas pues era casi de madrugada.

Aunque hallamos regresado al cuartel principal por la expedición que se realizaría en una cuantas horas note que no era muy diferente al que estuve por unas semanas solo con mi escuadrón y el de Hange.

Después de unos minutos entre al comedor y procedí a la cocina que de igual manera se encontraba a oscuras, a tientas con una sola mano busque cerrillos para prender una vela, al encontrarlos hice lo que tenía en mente y llene una vasija de agua, unos minutos después comenzó a burbujear el líquido puesto y con una mano abrí una cantimplora que Petra me regalo ya que tenía varias de uso personal y verti lentamente cuidando de no tirar ni una sola gota, ya que no quería problemas ni una quemadura ni en mi ni en la mesa, al terminar busque los sobres de té, encontré algunos escondidos en un cajón y lo heche en rollito adentro de la cantimplora agitando después de cerrarla y dejando que colgará de mi cuello por el listón verde que tenía.

Lave la vasija lo mejor que pude para no mojar a mi bebé y antes de salir de la cocina cuide que todo estuviera todo en su lugar y apague la vela. Me dirigí a la entrada del cuartel y me senté un uno de los escalones que se encontraba a la derecha de la entrada, con cuidado volví a asegurar a Mateo con la colcha que tapara toda su carita menos sus ojitos y con otro brazo abrí la cantimplora tomando un sorbo pequeño del té ya que no quería quemarme la boca en un descuido.

Aprecie la luna en su mayor esplendor pues era una noche muy tranquila y está iluminaba todo a su alrededor, parecía mágico, como un cuento de hadas el como las estrellas la hacían resaltar más y el ligero viento meciendo lentamente las hojas de los árboles, estos parecían que danzaban y el cielo era espectador de eso y el canto tenue de los grillos me daban una bofetada en la cara, recordándome que realmente estaba en la Tierra y todo lo que he pasado es real y no un sueño.

Caída [Shingeki no kyojin][Levi Ackerman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora