Capítulo 5

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Se suponía que Petra iba a pedir salir a una cita a su media mitad solamente ellos dos juntos, si nadie más alrededor para que no se apena la linda castaña, pero al final tuve que ir yo para animarla a atreverse.

Me encuentro detrás de unos arbustos sin Mateo en brazos, este se haya en mi habitación durmiendo, lo asegure con almohadas al su a sus costados en mi cama, junto con otra chica de la Legión que accedió a cuidarlo mientras me encuentro haciéndola de Cupido, intentando que una amiga tenga un final feliz.

Al principio Petra se fue a pedirle la cita sola, pero regreso pidiendo ayuda. Es demasiado tímida como para hacerlo sin alguien que le de el apoyo necesario para hacerlo. Tuvimos que encontrar a la chica que Petra me presento, era alguien muy alegre y amable que no puso quejas ante el pedido en último minuto, para suerte de Petra, ya que no iba a poder ayudarla si nadie podía cuidar de mi bebé.

Por eso me encontraba intentando hacer que mi lenguaje de señas funcione perfectamente. Aunque no era algo que realmente se entendiera a la perfección a la primera. Pero era aceptable si la chica adelante mío ya no se veía tan nerviosa como en un principio que hasta tartamudeaba.

Siseo de dolor al apoyarme en espinas del mismo arbusto, aunque no eran tan grandes que digamos, más bien eran pequeñas, pero esas son las que se encajan mejor y no son tan fáciles de sacar.

Me callo cuando noto que por fin dirá las palabras tan esperadas.

-Me preguntaba Auruo si ¿te gustaría ir al pueblo a comer?-. Mantenía sus manos juntas moviendo sus dedos.

Sonreí, que bien que tomó la iniciativa.

El hombre enfrente suyo se notaba más nervioso que la chica, y estaba sonrojado por completo.

-¡P-por supuesto! ¡Solo dime cuando y yo iré junto contigo!- se le notaba en extremo feliz y emocionado.

Satisfecha con mi trabajo me escabullí de ahí son que lo notaran. Estaban en la cúspide de la alegría, por fin podrían darse la oportunidad que necesitaban para estar juntos y yo no quería arruinar un momento tan íntimo haciendo mal terció.

Camine esta estar enfrente de la base, traía puesta una chaqueta de hombre que encontré en un viejo banco de madera, la agarre con las prisas de salir y era lo único a mi alcance para cubrirme las alas, aunque no era un secreto que soy un ser diferente a la especie humana no era lo mejor andar como si nada a la vista en estos tiempos. La gente podría llegar a ser muy impulsiva por el miedo a lo desconocido y saldría mal parada de ahí.

Era cómoda para mi, y creo que me veo bien con ella puesta, contrastamos por el color negro de la chaqueta junto con el de mi cabello y mi piel pálida. Traía unas pequeñas zapatillas desgastadas cafés y mi túnica blanca.

Empezaba a verse un poco más oscuro de lo que ya se veía el cielo por la hora que era, sino me equivoco ya eran como las cinco o seis de la tarde, y el que el Comandante y Capitán volvieran a las horas acordadas no fue posible.

Para este momento del día lo único en que pensaba era en sentarme a descansar y una buena comida caliente, fue un día algo pesado y eso seria mi recompensa.

Después de caminar un rato más llegue a la entrada de la base, las puertas estaban abiertas en par en par. Un castaño de ojos verdes que reconocí como el chico titan se encontraba extasiado de estar en la base, todo para él era genial, lo sabía por los sonidos de asombro que producía al ver el pasillo viejo.

Recordé que si el chico titan estaba aquí entonces debería de estar el pequeño hombre malhumorado cerca. De solo pensarlo me da un poco de fatiga.

Caída [Shingeki no kyojin][Levi Ackerman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora