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Vino la mañana y Jughead estaba dormido en su habitación. Sintiendo el sol entrante por su ventana quemarlo en su plácido resplandor. Arrugó los párpados de sus ojos en un apretón y se sentó. Quedó dormido después de masturbarse en la puerta. Jamás se sintió tan soñoliento después de masturbarse. Le sorprendió bastante.

Unos toques a la puerta llaman su atención. -Mm, ¿Jug? Preparé desayuno por si... Quieres. La verdad no sé si podía hacerlo, pero...- Hablaba Archie detrás de la puerta.

-Oye, ¿que no eres supuestamente respetuoso con las mujeres? Nunca interrumpas el sueño de una mujer.- Jughead se queja antes de volverse a acostar y cubrirse entero con la sábana. Escucha las risas del yakuza pelirrojo tras la puerta. Esas risas lo hacen mantener los ojos abiertos con el ceño fruncido en irritación.

-Tú no eres una mujer, Jughead Jones.- Archie va diciendo con una voz ronca. -Te tengo respeto..., pero hay un límite.

Jughead suspira. Quitándose la sábana de encima para volverse a sentar. Mirando la puerta de su habitación con su cara de malhumorado. Sale de la cama entre empujones para impulsarse fuera de esta. Se dirige a la puerta para abrirla y se topa con Archie estando súper cerca de él. El pelirrojo se le queda viendo con una sonrisa tierna que hace de sus ojos dos medias lunas. Jughead se le queda viendo serio pero olfatea el aire. -¿Hiciste panqueques?- Jughead preguntó pasando ignorantemente del pelirrojo para ir a la cocina.

Se detiene a unos pasos de la mesa de cocina viendo los dos platos preparados con panqueques. Ambos platos teniendo panqueques sonrientes con syrope por encima y huevos fritos a los lados de los panqueques. -Cuando abrí el paquete de panqueques estaba lleno.- Archie dice.

-Sí, bueno, no puedo comprar una nueva cocina si quemo esta.- Bromea Jughead mientras se sienta en una de las mesas de la cocina y toma el tenedor a su lado para comenzar a comer. Llenando su boca con pedazos de panqueque.

-Oye, come despacio. Te podrías enfermar.- Archie suavemente recomienda mientras camina hacia el pelinegro. Se sienta a su lado y el pelinegro lo mira con los cachetes tan llenos como una ardilla con demasiadas nueces en la boca. Su boquita se ve pequeña. Una línea de syrop cayendo de su boquita.

-Ah. Lo siento.- Jughead habla con la boca llena. Se cubre la boca con una mano mientras traga y habla. -Es que la comida es más importante que cualquier otra persona.

Jughead dice. El pelirrojo ríe. Se pone de pie para tomar una servilleta áspera de las que se usan para limpiar mesas y la pone alrededor del cuello del pelinegro. Hundiendo los bordes del papel en la camisa del pelinegro. Este deja de comer para mirar hacia otro lado con la boca llena aún. -¿Qué haces?- Pregunta el pelinegro.

-Puede parecer exagerado pero a veces esto es beneficioso para no mancharse. No creo que muchos lo consideren.

Archie le comunica.

-Tal vez porque es cosa de millonarios.- Cuenta el pelinegro con pocas risitas antes de dejar caer su cabeza hacia atrás. Mirando divertido al pelirrojo. El pelirrojo sonríe. Viéndolo desde arriba con ojos entrecerrados sensuales. Un brillo especial en ellos.

Permanecen viéndose y el pelirrojo recoge parte de la servilleta para alzarla. Limpiando el syrop que tiene en su boquita. Lo limpia suave. Con pequeños frotes. Ambos sin dejarse de mirar a los ojos. Una tensión súper brutal con el habla de los ojos.

Pero una llamada interrumpió todo el ambiente. Archie retrocedió de él con un carraspeo. Sacó su teléfono del bolsillo trasero. -Disculpa.- Murmura Archie mientras se aleja un poco.

Jughead vuelve a enderezar su espalda con nervios. Toda esa tensión le pusó los pelos de punta. Tomó el tenedor para proseguir comiendo. Con una cara nerviosa.

𝗥𝗼𝗺𝗲𝗼 & 𝗥𝗼𝗺𝗲𝗼 • JARCHIE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora