Amanece y al abrir los ojos lo que me viene a la mente es la noche fogosa y salvaje que me ha dejado dulcemente adolorida. Me siento en la cama y lo miro, he dormido con él a mi lado. Eso es algo que disfruto mucho. Me levanto sigilosa y entro al baño. Cojo de mi bolsa la pastilla anticonceptiva del día y me la tomo. Me cepillo los dientes y me hago una coleta alta. Salgo del baño y me siento al lado de él. Lo despierto con besos y caricias y me encantaría hacerlo todos los días.
—Buenos días, hermoso.
Curva la comisura.
—Buenos días, bonita.
Cojo de la mesilla de noche la digoxina. Abro el frasco y saco dos píldoras. Se las doy y le acerco un vaso de agua.
—Quiero verte tomándote la dosis del día.
Se las toma y me dice:
—¿Te gusta hacer de enfermera?
—No, pero ahora eres mi novio y quiero protegerte y cuidarte, cariño.
—Eso me toca a mí, cuidarme yo solo y a ti también.
—Ay ¡que machista eres!
—Te quiero.
—¿No me mientes?
Niega con la cabeza.
—¿Tienes hambre vegetariano?
—Tú y tus nombrecitos...
—¡Quiero tortitas!
Responde:
—¿No te cansas de las tortitas?
—No, me encantan.
Coge el teléfono de la suite y ordena el desayuno. Lo miro feliz mientras su voz manda. «¡Es tan jodidamente perfecto!».
Al colgar la llamada me dice:
—En unos minutos vienen con tus dichosas tortitas.
Esbozo una sonrisa.
—Mikhail...desde hace tiempo quería comentarte algo.
—Dime.
Trago saliva y no sé cómo decirle, no quiero traer el pasado ni mucho menos parecer una monja con todo esto, pero es algo que me quema y tengo que sacarlo ya.
—La experiencia de un tercero en el sexo fue excitante y todo, pero...
Interrumpe.
—Pero no es tu visión del sexo, ¿cierto? —Asiento con la cabeza—. Me lo imaginaba...
Ceñuda respondo.
—¿Como que te lo imaginabas?
—Megan, solo fue una fantasía, ya sabemos ambos que a ti no te parece del todo bien. —Me mira con deseo—. Además, no deseo compartir a mi novia con nadie, eres mía.
Sonrío.
—Y tú eres mío...—Abro la boca—. Aunque mirar si me gusta...
Pone los ojos como platos.
—Quien lo diría...
—Después que yo te toque a ti y tú a mí no hay problema. —Señalo
—¿Problema?
—Aja, ¿Que creías? ¿Que ser el novio de Megan McMillan era facilito?
Me tumba en la cama y se suspende sobre mí. Dibuja besos por mi cuerpo calentándome desde temprano en la mañana. «¡Sí! ¡Quiero un polvo mañanero!». Sus manos magrean la cara interna de mis muslos.
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Tuya Por Una Noche© Nuevamente en wattpad!!!
RomanceMegan McMillan es una joven violinista que sueña con algún día ser reconocida por sus melodías. Los problemas económicos la persiguen por lo que se ve obligada a buscar un segundo trabajo. Se presenta a una entrevista de trabajo en biofarmacéutica...