Llevo tres días sin cruzar palabra con Mikhail. Todo a través de correos o intermediarios. Raisa se ha ido a Rusia. ¡Menos mal! Me tenía en harta la muy impertinente. La otra es América, desde que ha visto que el ruso no me dirige palabra goza poniéndome trabajo en exceso. Me carga hasta los hombros y siento que voy a reventar del coraje. Intento concentrarme en lo mío pero es casi imposible al ver como América entra a la maldita oficina de Mikhail y tarda una eternidad. Los celos me poseen y no me dejan pensar con claridad. Después de una hora sale risueña del despacho del ruso y yo quiero partirla en dos. Suena el teléfono que conecta el despacho de Mikhail. Me muerdo la lengua y con profesionalismo finjo que no estoy para nada celosa.
—Buenas tardes señor Ivanov, ¿qué se le ofrece?
—Pase por mi oficina.
—Tengo trabajo señor. No creo que pueda, pero si no le importa cuando termine paso por su oficina.
—No te he preguntado si puedes o no. Tu solo vienes y ya.
Entro a su despacho con mi macarra despierta. Ya veo por donde va, ya se lo que quiere, hacerme enojar. Me acerco a su escritorio y le digo:
—¿Qué es lo que necesita?, le agradecería que fuera breve.
—Entre al archivo.
—No. ¿Por qué tendría que hacerlo? Estoy ocupada y si no le molesta me retiro.
—¿Ocupada? Lo dudo mucho señorita, usa su ordenador para mensajearse y buscar tips en el sexo, no para trabajo.
Mi cara es un poema, me sonrojo ¿Cómo coño sabe eso?
—Cómo... usted... ¿Cómo sabe eso?
Serio responde:
—Su ordenador esta sincronizado con el mío, no puedo creer que sea tan tonta.
—Pues me importa un reverendo rábano. ¡Me voy!
—No lo vuelvo a repetir.
Con los pasos de plomo hago lo que me dice. Entra tras de mí y cierra la puerta. Me toma en sus brazos y me besa con posesión, con salvajismo.
—Se acabó el jueguito de quién le habla a quién Megan. No lo soporto.
—Déjeme en paz. Suélteme o grito. Deje de tocarme o le juro que le daré un golpe en las pelotas que se va a enterar.
Besa mis labios y yo por más frialdad que intento mostrar solo logra que mi cuerpo responda gustosa. Abrazo su cuerpo y la gelidez que sentía en él hace meses ha desaparecido. Es totalmente otro, sus besos son más cálidos, su mirada más tierna, aunque su carácter sigue. Enredo mis dedos en su cabello y tiro suavemente de él.
—Estoy muy cabreado contigo.
—Y yo contigo.
—No quiero que estés cerca de ese tipo, eres mía Megan. Solo mía.
Abren la puerta del archivo y nos quedamos helados. Yo con el labial corrido y Mikhail con los labios pintados.
—No quise interrumpir, sigan con su disfrute, yo les pongo afuera un letrerito para que no los interrumpan.
Cierra riéndose y Mikhail le grita en ruso. Calmo sus revoluciones y lo beso con ternura. Abrazo su torso y sonriendo algo tímida digo:
—No te preocupes, yo hablo con Alek ¿sí? Vengo en un rato, debo ir con ella.
Salgo del despacho de Mikhail y entro al de Aleksandra. No hago más que entrar y se parte de la risa. Me acerco a su escritorio y su risa aumenta. Me siento horrible.
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Tuya Por Una Noche© Nuevamente en wattpad!!!
RomanceMegan McMillan es una joven violinista que sueña con algún día ser reconocida por sus melodías. Los problemas económicos la persiguen por lo que se ve obligada a buscar un segundo trabajo. Se presenta a una entrevista de trabajo en biofarmacéutica...