Wish You Were Sober

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A eso de mediados de febrero, la vida de Minho seguía normal. Ser el mejor amigo perfecto y estudiar, eso era todo. Chan pasaba bastante tiempo con Sana, y Minho simplemente no podía quejarse. Era solo un mejor amigo, mientras que Sana era la novia de Chan. ¿Qué hacía para pasar el tiempo? Nada realmente. A veces hablaba con Changbin en los recesos, pero el chico tenía otros amigos. Si, Changbin había decidido abrirse un poco a los chicos de la escuela. Changbin le había ofrecido unirse a su grupo de amigos, y aunque a Minho le tentó la idea, no se sentía preparado para nuevas amistades y dejar todo atrás, aunque nada de lo que era su vida existía en esos momentos. Changbin lo entendió y no lo presionó. Él continuo siendo un amigo para Minho en algunos tiempos de receso.

Ahora se supone que saldría con Chan, una tarde de chicos, mejores amigos, como hace mucho no lo hacían, pero no se iba a ilusionar mucho. Siempre sucedía algo y Sana quedaba invitada también. Pudo confirmar que esta vez no sería diferente cuando Chan se acercaba y a su lado pudo ver a la chica. Minho sonrió de manera normal y luego comenzaron a caminar al centro comercial. Era fin de semana y los padres de ninguno estaba en los hogares. Podían hacer lo que quisieran sin tener que preocuparse por otras cosas.

Cuando llegaron al centro comercial y solo comieron un helado, Minho, como siempre, inventó una excusa. Sana le agradaba, bastante a decir verdad. Era una chica excelente, pero no podía sentirse cómodo cuando aun no podía superar del todo a Chan. Esta vez inventó algo de que no había terminado una tarea y se fue dejando a la hermosa pareja tener una cita. Siempre era así. De hecho, la última vez que había salido solo junto a Chan fue aquella noche en que su amigo le dijo que tenía novia. Desde entonces, Sana estaba en todas partes.

Minho podía notar que Sana y Chan se querían mucho, y estaba feliz por ellos, pero digamos que no estaba feliz por si mismo. Tenía que encontrar otras maneras de distraerse. Tal vez ver películas en su casa mientras recuerda como era todo antes, cuando solo se reunían a criticar películas baratas, no era buena idea. Definitivamente no lo era, pero aunque ahora era simplemente solo él, no podía despegarse de la rutina. Seguía yendo al lago a nadar, veía películas y series para criticar toda la estúpida trama, se escapaba en las madrugadas a caminar aunque se estuviera congelando todo el tiempo y bueno, todo. Solo le gustaba vivir así, aunque ya no fuera lo mismo.

Las cosas se podría decir que cambiaron un poco la próxima semana luego de esa última cita que tuvieron Chan y Sana. Habría una fiesta, de esas alocadas con mucho alcohol. Tal vez no era la mejor idea, pero necesitaba salir de la rutina. De alguna manera, se hacía daño. Con sus amigos nunca habían ido a una fiesta de la escuela. Nunca les había llamado la atención algo así, y por esa misma razón creía que era una excelente manera de romper la rutina. No es algo que hubiese hecho antes así que sería excelente.

Con ese pensamiento, preparó todo. Preparó el verse bien, oler bien y lucir feliz, aunque lo de fingir felicidad ya estaba comenzando a ser parte de su vida. Sus padres no estarían ese día así que no sería un gran problema. Ahora solo quedaba esperar nuevamente al fin de semana, ir a esa fiesta y disfrutar un poco. No tomaría alcohol, no era estúpido, pero buscaría la manera de divertirse.

Un día antes de la fiesta, es decir el viernes, le platicó a Changbin sobre la misma. El chico le dijo que no iría esa vez porque tenía un viaje planeado con sus amigos, pero que le deseaba que la pasara genial. Minho realmente esperaba pasarla bien. Estaba planeando todo para poder pasar una buena noche en esa fiesta.

Había planeado un conjunto completamente negro de cosas sencillas. Pantalón de mezclilla, camiseta, tenis y una que otra pulsera. Su cabello estaba arreglado como siempre y era todo. Realmente no necesitaba mucho para brillar. Seguía siendo el chico más solicitado de la escuela. Es solo que ya no se confesaban como antes. Tal vez se habían cansando de los rechazos constantes. Ellos sabrán.

Two boys, one sweater and other sad thingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora