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T/N siempre había sido una niña solitaria, aislada del mundo por una brecha creada por su discapacidad.

Ella nació sorda con un quirk que le ayudaba de cierto modo.

Percibía las vibraciones producidas por el sonido por lo que siempre sabía si había alguien detrás de ella o si habían automóviles cerca y era una ventaja que le permitía sobrellevar su debilidad auditiva.

Además, siempre fue muy inteligente y a pesar de todo aprendió la lengua de señas y a leer los labios, aunque nunca pudo hablar.

Quería aprender a comunicarse verbalmente, sin duda, pero le daba inseguridad el pensar que no tendría una voz hermosa o que pronunciaría mal las cosas.

Gracias a sus grandes habilidades para poder entender lo que la gente le quería decir ella pudo asistir a una secundaria no especializada.

En la escuela siempre destacó por su desempeño, el cuál no ponía en evidencia su condición.

Al entrar a la secundaria rápidamente se dió cuenta de que había alguien similar a ella, un chico pálido con el pelo violeta, al principio pensó que también sería sordo o mudo porque nunca hablaba con nadie pero una vez lo vió hablando con un grupo de personas.

T/N pudo darse cuenta de que estaba muy incómodo, aunque no se encontraba lo suficientemente cerca para ver lo que los demás decían. Aún así parecía no ser algo agradable pues podía ver en la postura del chico su desacuerdo.

Hubo una ocasión en la que sentada durante el almuerzo dos chicas se sentaron en su mesa. Ella no dijo nada porque todas las mesas estaban llenas, las chicas hablaban alegremente y pensaban que no había problema con que ella estuviera presente en la conversación ya que no las podía escuchar, pero ella leía sus labios discretamente.

- ¿Viste al chico del cabello morado?- preguntó una señalando en una dirección, T/N rápidamente se dió cuenta de que se trataba de ese chico que ella había pensado que era mudo.

- ¿Te gusta ese?

- Sí, es lindo. ¿Sabes algo de él?

- No mucho, se llama Shinsou. Es un poco aterrador.

- ¿Por qué lo dices?- Preguntó la interesada.

- Bueno, escuché que con su quirk puede controlar tu mente, es el poder de un villano.

Ambas chicas parecían espantadas pero T/N estaba asombrada, quería saber más, a partir de entonces empezó a mirar más a ese chico, quería saber cómo era que alguien con un poder tan increíble no era popular entre los estudiantes.

Aún así no se atrevió a acercarse, le costaba mucho esfuerzo comunicarse con otras personas pues no todos entendían el lenguaje de señas, en realidad casi nadie, así que nunca hablaba con nadie.

Intentó incluso por bastantes meses aprender a hablar, lo había intentado en su infancia pero siempre le daba inseguridad pensar que lo que decía sonaba mal o que su voz no fuera agradable, no sabía cómo se suponía que debía sonar una voz.

Terminó desistiendo y nunca se pudo plantar frente a él para conocerlo.

Estaba algo desilucionada pues en verdad parecía una persona interesante. Había algo en él que le pedía acercarse.

Para la preparatoria aplicó el examen para los cursos generales de la UA y tal como se esperaba de ella, fue admitida.

Se sintió bastante sorprendida al entrar por primera vez a su salón cuando vió a Shinsou sentado en una esquina, no quería acercarse, estaba asustada pero tampoco quería sentarse cerca de un completo desconocido así que se sentó delante del único rostro familiar en todo el salón.

Se giró ligeramente y vio a Shinsou mirando indiferente por la ventana, se giró a mirarla por una fracción de segundo en la que ella sólo atinó a sonreír y saludar con la mano.

Él sin interés alguno volvió a mirar por la ventana sin responder. Sintiéndose algo apenada T/N volvió a mirar al frente.

Se preguntaba por qué un chico con un quirk así estaba en el curso general cuando lo tenía todo para ser héroe.

A T/N le apenaba mucho ver a Shinsou tan sólo aunque aún así a él parecía no molestarle esa soledad.

Sin darse cuenta comenzó a seguirlo por toda la academia a una distancia prudente, durante el almuerzo se sentaba a unas cuantas mesas de distancia y de vuelta a casa caminaba a varios metros detrás de él ya que vivían en el mismo barrio.

Observarlo se había convertido en su pasatiempo y por las noches practicaba mucho la única palabra que se sentía segura diciendo una y otra vez para no olvidar cómo se decía y así poder usarla en el momento indicado.

En la escuela le iba bien, era una estudiante modelo, los profesores sabían de su condición así que de ante mano no le hacían preguntas porque ya sabían que no podría responder de forma que todos entendieran.

Aún así tenía buenas calificaciones y buenos resultados en los exámenes.

Nunca hubo necesidad de aclarar con sus compañeros el echo de que era sorda.

Ella no solía hacérselo saber a la gente, no le gustaba ser tratada con lástima o como a una niña pequeña, ella simplemente no hablaba con nadie y dejaba que los demás pensaran que era una antisocial.

Era más fácil aislarse en su mundo.

De vez en cuando usaba auriculares. Ponía música en su teléfono y sentía las vibraciones, podía distinguir si era un sonido agudo o grave, si era agresivo o suave, era muy agradable sentarse en el patio de la escuela a solas y sentir.

Era su pasatiempo favorito.

Simplemente se sentaba a sentir el viento, el pasto, las vibraciones, los aromas...

Una vez en una de esas tardes de calma vio una figura a lo lejos y cuando se asomó para ver vio a Shinsou, él no podría verla, ya que estaba oculta entre la maleza, se paró en medio de todo y solo miró a la nada, se le notaba la frustración en el rostro, T/N sabía lo que pasaba, era la cara que siempre le vio poner cuando la gente le hablaba en la escuela durante la secundaria. Con el tiempo se había dado cuenta de que le decían que su quirk era ideal para ser un villano.

Ella se quedó ahí contemplándolo hasta que se retiró con el rostro más tranquilo.

A T/N le llenaba de impotencia no poder ir con el y decirle que su poder era increíble.
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Instagram: genevieve_anneliese_

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