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Luego de meses de entrenamiento Shinsou se había vuelto considerablemente más fuerte y ágil.

T/N sentía que iba a estallar de alegría cada vez que lo veía entrenar.

Al principio terminaba muy adolorido de los entrenamientos pero con el tiempo fue ganando resistencia.

Ella también debía resistir un poco más para aguantarle el paso en bicicleta cuando lo acompañaba a correr.

De cierto modo sentía algo de envidia pues el chico tenía la posibilidad de hacerse fuerte físicamente, ella en cambio no podía resistir hacer tanta actividad física de impacto pues las vibraciones de ésta le mareaban en exceso pero aún así Shinsou le había estado ayudando con su quirk en sus ratos libres.

Había adquirido la capacidad de diferenciar las vibraciones de cada tipo de vehículo que se encontraba en su entorno, también la de los ladridos de los perros, el piar de las aves, los maullidos de los gatos y otros animales que también encontraba comúnmente en la ciudad, también era capaz de identificar las voces de las personas pero no de diferenciarlas.

La única voz que podía distinguir de las otras era a de Shinsou.

Gracias a la forma en la que él decía su nombre.

Cuando él la llamaba las vibraciones tomaban una suavidad y gentileza que ella no había notado en nadie más.

Sabía cuándo los otros decían su nombre pero era más difícil estar segura.

Aún así ese entrenamiento de quirk con Shinsou le hacía más fácil moverse sóla por la ciudad, aunque ya fuese capaz de hacerlo.

Ella nunca había escuchado nada en su vida, pero pensaba que debía ser parecido, las vibraciones siempre habían estado ahí, mezcladas y molestas pero ahora había aprendido a usarlas a su favor, como su propio sentido del oído, había aprendido a separarlas y diferenciarlas.

Le entristecía pensarlo así pero si Shinsou era transferido al curso de héroes ella podría andar por las calles sin miedo, no sólo en el trayecto de su casa a la escuela y de regreso.

En el entrenamiento del día Aizawa Sensei le había traído a Shinsou una de esas cintas que él solía usar.

Los entrenamientos con esa cosa eran mucho más tranquilos, Shinsou debía aprender a dominarla y se estaba enredando demasiado.

A T/N le hacía algo de gracia.

Además le gustaban las vibraciones que producía aquella cinta, eran muy suaves, se deslizaban hasta sus oídos.

También aprovechaba los entrenamientos para entrenar su quirk, pensó que tal vez sería bueno distinguir las vibraciones producidas por una pelea.

Tenía un cuaderno en el cuál hacia anotaciones todo el tiempo, ponía como título el nombre del objeto o animal en orden alfabético y hacia anotaciones acerca de las características de las vibraciones que producía.

Aizawa Sensei se había dado cuenta de ello y le satisfacía que la chica también hiciera algo de provecho.

Le pareció ver en ella potencial de heroína y le parecía una lastima que no resistiera hacer demasiada actividad física de impacto.

Ella y Shinsou se lo explicaron al profesor cuando él propuso incluirla en el entrenamiento, él pensaba que ella tenía la dedicación y entrega necesarios pero ellos le explicaron que las desventajas de su quirk eran demasiado grandes además de que ese nunca fue el sueño de T/N, el máximo sueño de la chica era una vida normal.

Podría parecer simple pero todo lo que deseaba era poder hacer su vida como cualquier otra persona, por ello se esforzaba tanto en entrenar su quirk, si pudiera distinguir todas las voces así como hacía con la de Shinsou, si pudiera distinguir todas las palabras y no sólo unas pocas, si pudiera aprender a hablar...

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