Capítulo 13

486 64 16
                                    


Entonces el pequeño rubio extendió sus brazos y clamaba porque Draco lo cargara. El rubio sonrió y tomó las manitas de su niño, sólo así calmó sus locas ansias de estrecharlo, eso sólo hasta que Hermione lo abrazara y cargara a una altura prudente de Draco, sólo para que el rubio lo besara.

Blaise, al igual que todos, contempló la acción tan cuidadosa de Hermione, mientras platicaba con Scorpius y Draco le sonreía al bebé. Él siendo doctor, no comprendió por que aquella escena le cautivó hasta las lágrimas. Se detuvo un momento y miró todas las cajas de regalos especial para el rubio, que a pesar del cansancio y el dolor que le causaba la silla de ruedas, seguía ahí.

Lo más prudente era llevarlo directamente en una camilla a la cama, pero su negativa y la aceptación de Hermione, terminó por convencerlo. Francamente no podía comprender cómo Draco tenía la entereza de sonreír y ser feliz aun cuando su vida se estaba evaporando, sencillamente no lo comprendía.

— Vamos, Blaise, únete a la fiesta — lo animó el rubio.

Y lo hizo. En verdad el ambiente era perfecto, Scorpius acariciaba la cabeza de su padre, las veces que ella lo acercaba y Draco estaba fascinado con el cariño que ese bebé le profesaba.

— ¿Estás cansada? — preguntó Draco a su esposa, que tiernamente estrechaba a su hijo en su regazo.

— No, estoy feliz — concretó sin la menor duda al ver que ahora pocos quedaba en la reunión.

Harry se acercó y bromeó con Draco, mientras Fred tomaba una fotografía con su cámara, no entendiendo cómo pudo ser tan cercano a dos personas que conoció de adolescentes. Especialmente cuando tenía sentimientos por Hermione, que ahora no eran más que admiración por la labor tan loable que había hecho toda su vida.

— Hermione, hace mucho que no pintas—comentó Draco — ¿por qué no retomas la pintura?, sería interesante ver cómo retratas a Scorpius.

— Sí, sería interesante, incluso para mí. Sabes bien que tu hijo no está quieto ni un segundo — se quejó abiertamente ante las risas de todos.

Sólo así Harry pudo percibir el aura tranquila de Draco, que por mucho tiempo usó como protección, pero eso no era una careta como todos pensaban. No, era su forma de vivir, su manera de entregarse ante la adversidad. Posó su mano con sutileza sobre la de él y sonrió, al igual que hizo Fred.

— Cuídate, vendremos a verte muy pronto — le dijeron los tres hombres.

— Por supuesto que sí — afirmó feliz — Ahora hay un niño que debe dormirse ya.

Blaise admiró como Hermione tomaba al inquieto niño en sus brazos.

— Blaise, lleva por favor a Draco...

— No, espera, quiero ver como acuestas a Scorpius — le interrumpió.

— Lo ves cada noche, por favor, ve a descansar por hoy — le pidió amablemente la castaña, pero el deseo de Draco era ferviente.

— Sólo serán unos minutos más — insistió con una dulce sonrisa—Ya que no puedo cargarlo ahora, déjame ver cómo duerme.

Y no hubo más palabras. Draco acompañó a Hermione a la habitación azul de Scorpius. Besó su pequeña frente y después de contemplarlo un poco más, dejó que su esposa lo colocara en la cuna.

— Descansa, bebé — se despidió feliz el rubio mientras Hermione lo guiaba a su habitación.

Blaise lo esperaba con dos hombres que le ayudaron a colocarlo en la cama con mucho cuidado. Ella miró la dedicación del médico y le agradeció internamente toda su ayuda, que sin poder evitarlo, sintió como todas las fuerzas se evaporaban en la intimidad de su alcoba.

Draco estaba prácticamente acostado, de no ser por las tres almohadas que acomodaban su cuerpo en una posición medianamente estable, parecida a la posición en el hospital. Aunque los médicos no la aprobaban, él sentía mucho menos dolor de esa manera, especialmente cuando ahora estaba en su cama. Hermione lentamente se cambió y lo acompañó sentada a su lado. Entonces Draco la miró con debilidad.

— ¿Puedo recostarme en tu pecho? — le preguntó sorpresivamente.

— Claro... — y así cuidadosamente reemplazó las almohadas con la calidez de su cuerpo — Debes estar cansado.

— No... ahora mismo siento mi cuerpo muy ligero.

— ¿De verdad? — le preguntó con melancolía— Ayer no dejabas de morderte los labios por las vendas y el dolor de espalda.

Sonrió, claro que lo recordaba.

— Y tú siempre estuviste ahí. Firme, inamovible, ¿y....estabas alegre? — cuestionó dudoso — Siempre te enojas mucho en el hospital.

Era difícil, tan imposible retener las gotas en sus ojos para poder pronunciar algo más.

— Es que... — pronunció con un nudo en la garganta — Al fin entiendo tu forma de ver la vida.

— ¿Sí? ¿Desde cuándo? — preguntó con curiosidad mientras sentía la tibieza de las lágrimas de Hermione tocar su hombro.

— Desde... desde que vi tus manos — confesó por la falta de aire — Jamás me di cuenta que apretabas los puños cada vez que caminabas. Siempre lo hacías tan seguro, tan firme a pesar de que por dentro te derrumbabas...

— No... no Hermione — negó el rubio posando una mano sobre la suya — Ocultar lo que sentimos es malo, pero yo me lastimaba por que en verdad no quería hacerte llorar. Eres la razón por la que mi vida se prolongó hasta este punto. Sin ti, yo hubiese muerto siendo niño.

¿Y cómo demonios no quería que llorara? Más ahora que era como una figura de porcelana, que al menor problema se rompería en mil pedazos.

— Mi vida no tenía sentido hasta que llegaste tú, el amor que me da todas las fuerzas que necesito para poder seguir adelante. Te amo, mi amor, más que a nada...en este mundo — añadió Draco.

El sollozo de Hermione fue inevitable, mucho más cuando el rubio se recargó por completo en su hombro.

~ * ~


Vayan preparándose, preciosuras. Porque mañana se publicará el capítulo final. 🥺💖✨

Te amaré por siempre [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora