Capítulo 6

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No necesitó más de dos meses para planificar su boda, y para invitar un par de personas. Compró todo lo escasamente requerido y obvio los detalles más caros, especialmente con tan pocas personas presentes.

Cedric se acercó a felicitarlos por la gran ocasión. Él que había intentado ser su novio, no veía con buenos ojos a Draco, por la fatiga excesiva y el desgaste que a lenguas se notaba en su cuerpo.

— No debiste casarte con él, cualquier día se puede morir — le dijo con mucha lástima —Y se ve que es un buen hombre.

— Es el amor de mi vida — confesó sin un ápice de temor — A su lado me siento bien, me da tranquilidad, no me aburre aunque esté callado... decir que lo amo es poca cosa, porque en verdad es una emoción muy fuerte.

— Es obsesión — concretó Draco abrazándola con ternura — Yo le he dicho lo mismo varias veces, no debió rechazarte, Cedric. De todos modos, gracias por venir.

El hombre sonrió y le estrechó la mano. Sólo diez personas estaban reunidas ahí. Cinco invitados de Hermione y cinco de él. Fue todo lo que el presupuesto les dio. Y no fue malo, realmente no lo fue. La boda había sido precaria, pero muy hermosa, tanto que ella se sintió orgullosamente feliz, aún sin la presencia de sus padres.

Bailó con Draco una bella melodía y después simplemente se fueron a dormir, estaban por demás agotados y aún sin desvestirse se abrazaron. Pero esa noche, en aquella intempestiva oscuridad despertó al rubio de golpe. Y su estómago volvió todo cuanto hubo comido. Más cuando ahora ardía en fiebre. Hermione llamó de inmediato al hospital más cercano, que le llevó una ambulancia, especialmente cuando Draco presentaba arritmia.

— ¿Toma algo, se droga? — le interrogó el paramédico, pero al verla aún vestida con el traje de novia, simplemente calló.

Cubrió su boca cuando el médico se acercó a darle un diagnostico detallado del asunto. Draco tenía meses sin visitar el doctor ¿cómo podía ser eso posible? Después le reveló el grave estado en el que se encontraba su esposo, se lamentó mucho que sus padres no pudieran apoyarla, aunque sea económicamente, ya que Draco requería una operación con urgencia.

Entró al cuarto donde estaba él recostado, dormido, sedado. Y acarició sus cabellos rubios. Era claro que no podía oírla, pero necesitaba decirle que estaría con él, pasara lo que pasara. Sin embargo, cada cuenta elevaba todo su presupuesto, incluso el dinero que Draco minuciosamente había guardado para usarlo en la galería de arte.

— No creo que pueda cubrir los gastos, mucho menos cuando tenemos que llamar a un especialista, porque su caso es verdaderamente anormal.

— De niño le decían que iba a morir, siempre se lo han dicho, ¿qué tan cierto es eso?

— A mí también me extraña que no se haya muerto desde hace tiempo — confesó sin saber qué decir — Su cuerpo aguantará la operación, pero puede que no sea como antes.

¿Y cómo podría ser entonces? Se sentó en el comedor del hospital y bebió lentamente un vaso de agua, hasta que un terrible y agudo dolor la detuvo de su labor. Dudaba que fuera un dolor estomacal, aquello se sentía horriblemente peor. Tocó por debajo y percibió la sangre manchar su piel.

Fue ahí cuando recordó la noticia que quería darle a Draco al día siguiente. Cuando tuvo por primera vez en sus manos el papel que confirmaba su embarazo de tres semanas, mismo que se vio interrumpido mucho antes de comenzar. Y no podía creerlo, simplemente no podía, pero el estrés, la inquietud la estaba matando, al igual que a su bebé.

Te amaré por siempre [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora