Capítulo 12

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Recordaba con claridad muchas épocas felices, pero esa significaba de una forma prodigiosa su forma de amar a dos personas. Amaba a Scorpius casi tanto como a Draco, quien de alguna manera se veía repuesto y mucho más jovial. Sin embargo, en la reunión del primer cumpleaños de Scorpius, notó la incomodidad que tenía para sentarse y cómo la horrible tos había regresado.

— No, Scorpius, ve a jugar, hijo — le dijo preocupado de que aquello fuera a enfermarlo.

— ¿Quieres ir adentro? — interrogó Hermione con discreción, especialmente cuando todos estaban en su alboroto.

— Estoy bien, no te preocupes, tú sigue...

Pero no todo estaba bien. No lo estaba y menos cuando Draco cayó de rodillas al suelo y gritó de dolor. Harry y Fred corrieron a auxiliarlo, pero antes de que llegaran. Él ya había caído desmayado. Hermione llamó de inmediato a Blaise, y pidió una ambulancia. Sus manos temblaban. No había vivido una experiencia similar desde hace varios años y esa sin duda era peor.

— Por favor, Hannah, cuida de Scorpius — le pidió angustiada.

La mujer lo tomó de inmediato y lo llevó a su cuarto, mientras ella acudía al hospital con varios más. No podía, simplemente no podía quitar la vista de Draco, que sangraba por las heridas que él mismo se infringió en las manos para tolerar el dolor. Derramó un par de lágrimas sin poder evitarlo, sacó una voz que le pedía a gritos expresar su desesperación.

Harry la abrazó y Fred llenó el formulario mientras Blaise se preparaba para entrar al quirófano. Respiró y suspiró más de una vez, sin dejar de observar el pasillo por el cual los médicos entraban a sala de operaciones, hasta que finalmente pudo ver al pelinegro con un gesto bastante decepcionante.

— No volverá a caminar — le dijo con crudeza — Y temo que no le quede mucho tiempo de vida, sus órganos están demasiado deteriorados. Y no soportará una operación más, estuvimos a punto de perderlo en el quirófano.

Era raro cuando callaba y menos en ocasiones como esas, en las que luchaba fervientemente por el mejor tratamiento para Draco, por que obtuviera las mejores medicinas, el mejor estudio... Sin embargo, Blaise pudo ver que incluso Hermione había visto la realidad.

— ¿Cuándo puedo llevármelo a casa? — fue lo único que atinó a preguntar.

— Dos semanas más. Quiero asegurarme de que la herida no se infecte y que siga sedado hasta que pueda tolerar de nuevo el dolor.

Sus ojos se cristalizaron una vez más. Y caminó en círculos para soportar la presión de no derrumbarse.

— Bien, me encantaría que te quedaras el tiempo que sea necesario.

— Claro que sí — afirmó sin la menor duda.

Draco se había convertido en su paciente más problemático, pero también en el más querido. Así que cuando pasó el tiempo establecido, lo acompañó a casa, en donde muchas personas ya lo esperaban con globos y muchos carteles de bienvenida. Había visto eso en demasiados lugares, que ya nada le parecía extraño, nada hasta que vio al pequeño Scorpius caminar torpemente a la silla de ruedas de su padre.

Te amaré por siempre [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora