Epílogo

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Dedicado a ti, quien leyó "Te amaré por siempre" hasta el final.


Abrió sus brazos al pequeño niño que corría hacia ella. Si Scorpius simplemente no existiera, su vida estaría vacía, tanto que a veces se preguntaba cómo toleraba las mañanas frías en su ausencia, hasta que finalmente el rubio salía de la escuela y lo abrazaba.

A sus seis años era tan parecido a Draco y tan virtuoso. Sus maestros decían que era una eminencia, tenía una excelente memoria y una sonrisa bastante tierna. Lo cargó y así lo llevó al carro, mientras Scorpius se despedía de sus amiguitos.

— ¡Mamá! ¡Adivina qué me ha puesto mi maestra de calificación en mi último proyecto!

— Una buena nota — supuso sin la menor duda mientras se abrochaba el cinturón.

— Sí, pero es diferente, incluso me pidió que fueras mañana, ¿puedes ir? Dice que es algo importante.

¿Y qué no era diferente a su lado? Scorpius era tan vivaz, que era difícil no ver algo en sus trabajos, aunque en eso admitía, se parecía bastante a Draco, siempre tan distraído.

Llegaron a casa y Fred esperaba afuera como siempre, como llevaba haciéndolo durante los últimos meses.

— ¡Hola Fred! — lo saludó con efusividad el pequeño.

— Hola, enano — respondió agradado, especialmente cuando Scorpius comenzó a contarle cosas del colegio.

Hermione sonrió con levedad. Su actitud era muy relajada para en verdad intentar algo con ella y eso debería de verlo con claridad, por mucho que se acercara a Scorpius, por tanto que estuviese al pendiente de ella, él simplemente no era Draco.

— ¿Sigues molesta? — le cuestionó directamente, una vez que el niño se fue a su recámara a dejar todas sus cosas.

— No, claro que no — argumentó tranquila —Te agradezco que seas una figura paterna para Scorpius, él en realidad sí te necesita mucho.

— Sabes que no es un sacrificio — le explicó con seriedad — Me lo pidió antes de...

— Está bien, no lo digas — pidió de inmediato — Para Scorpius eres como un padre y eso lo respeto mucho, pero no esperes algo más serio conmigo, Fred.

— ¿No extrañas acaso que alguien te abrace y te acaricie, Hermione? — le preguntó con cierta curiosidad — ¿Que alguien te bese y te desnude y te haga delirar de deseo?

Por supuesto que extrañaba todo eso, y más, probablemente mucho más de lo que su mente razonaba en ese instante, pero al mismo tiempo, todo se quedó parado cuando Draco se marchó, incluso su propio mundo.

— Te ves tan distinta, estás muy vulnerable — argumentó Fred — ¿Al menos sigues acudiendo a la galería o la administra otra persona en tu lugar?

— Hannah sigue haciendo un buen trabajo — recordó con nostalgia, que la última vez que ella trabajó como tal fue durante el primer año de Scorpius, después de eso y con la enfermedad de Draco, no pudo regresar.

— No importa, no planeo que lo olvides, nunca lo harás. Pero debes salir de tu propia burbuja, lo único que haces aquí es extrañarlo.

— Aun puedo imaginarlo caminando en el jardín — agregó serena — Draco podía soportar el dolor, y yo sigo preguntándome, cómo hacerlo.

Había agotado todas sus lágrimas en el primer año. Aun su pecho le ardía con el ir y venir de la respiración, su piel se estremecía de sólo evocar su último latido.

Te amaré por siempre [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora