Nora
Nada podía haberme preparado para lo que sucedería aquella noche.
– ¿Qué estás haciendo Jonathan? – preguntó Betty alarmada. Jonathan había salido de la carretera y empezó a cruzar campo a través, hasta que detuvo el coche en medio de una explanada repleta de flores silvestres.
Tenía la cara ardiendo y el estómago revuelto. Aunque quién no lo tendría al enterarse de que una psicópata manipuladora es su hermana por parte de padre.
– ¡No ves que está apunto de desmayarse! – gritó él, aunque temía que aquella no fuera la verdadera razón por la que había parado el motor.
Betty salió del coche y corrió hasta mi asiento, me sacó con cuidado cogiéndome por las axilas, después me recostó en el húmedo y verde suelo. Estaba a punto de anochecer y los últimos rayos de sol iluminaban el cielo en el horizonte.
– Jonathan... estaban pisándonos los talones, será cuestión de minutos y estarán aquí. Harry estará aquí. – dije apoyándome sobre los codos, la brisa helada y con olor a mar empezó a espabilarme de nuevo.
Kimberly salió del coche y se quedó apoyada en el capó con los brazos cruzados y lágrimas entre los ojos. Todos parecían estar agotados, yo también lo estaba. Y por primera vez en mucho tiempo no fui capaz de ver más allá. No sentía que hubiese un final feliz para nosotros.
– Estábamos haciendo justamente lo que ellos querían, llevarles hasta ese dichoso lugar. Por eso he parado. He elegido entre las vidas de millones de personas o la nuestra Nora.
Jonathan se agachó a mi lado en cuclillas y me cogió de la mano, después se la llevó a los labios y la besó. Su boca emitía calidez y sentí alivio.
– ¿Qué quieres decir? – preguntó Betty llevándose las manos a la cabeza, estaba histérica.
– Que o desaparecen del mapa ya o una guerra podría estallar en cuanto les encuentren. Pero desaparecer del mapa no es una opción ¿verdad O'Conell? – dijo Kimberly en un hilo de voz, tenía la cabeza gacha y aires de culpabilidad, pero al menos no estaba en contra de nosotros.
– No es una opción no, Harry tiene ojos en todas partes, escapar sería una tontería.
Le miré con los ojos muy abiertos siendo demasiado consciente de a dónde quería llevar esa conversación. Pero no estaba preparada. No era justo. Nada lo era.
– No sé a qué te refieres, pero no es una opción. Nora coge tus cosas, conduciré yo. Nos vamos de aquí. – Betty tiró de mí, pero hice fuerza para impedirlo. Ella me miró y abrió la boca para decir algo, pero nada salió de ella. Dejó de intentar levantarme del suelo y echó a llorar.
– Tenemos que morir ¿no es así? – tuve el valor de preguntar algo que nadie debería ni siquiera pensar.
Hubo un silencio en el que agradecí que solo se escuchase el sonido de las hojas de los arboles al moverse por la brisa, un sonido agradable que pocos tienen la suerte de escuchar en momentos como este.
– Ya vienen– dijo Kim dándose la vuelta. Se podía oír el sonido de los neumáticos derrapando por la arena hasta entrar en el prado en el que nos encontrábamos. ––Ven Jonathan.
Me latía el corazón a mil por hora, y realmente no sabría decir qué se esperaba de mi en aquellos momentos. La adrenalina y el pánico estaban haciendo su efecto y no estaban siendo de ayuda.
Miré las siluetas en la oscuridad de Jonathan y Kimberly. Ella se acercó a él para darle un abrazo, pero pude percibir como le susurraba algo al oído, aunque no sabía exactamente qué era, noté desde donde me encontraba que Jonathan se había puesto aún más tenso. Después ella le entregó una bolsa de tela con algo alargado en su interior y él asintió durante varios segundos.
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En la piel de Adele ✔️
Romantik#PV2021 Nora Jones es una joven universitaria con aparentes visiones de otra vida, una vida pasada, una vida que no es la suya. La desesperación por saber que ocurre en su cabeza y quién es la mujer de la cual posee todos sus recuerdos, la conducen...