Nora
"Nora...¿puedes oírme?"
Había escuchado esa frase durante toda la noche, retumbando en mis tímpanos, era una voz femenina y lejana, a veces sonaba casi en un susurro.
Esa música que me mantenía adormecida seguía sonando y un olor a incienso se colaba en la habitación relajando mis músculos. Mi cuerpo permanecía inmóvil, pero mi consciencia estaba viva y no podía parar de pensar en todo aquello. Mi padre había ocultado su identidad durante años y eso no era algo que pudiese aceptarse con facilidad, aunque el odio hacia él ya estaba innato en mi desde hacía tiempo. Pero mi madre... ella no merecía un hombre así.
"Nora, tienes que escapar"
¿Quién narices estaba diciendo aquello? No podía abrir los ojos, me pesaban demasiado y apenas podía articular palabra, aquello no podía asimilarse ni de cerca a la peor de las resacas posibles. Pensaba que nada podría superar la borrachera que cogí durante la última de las muchas fiestas celebradas por Betty, aunque, vaya, ¡sorpresa! Ahí estaba yo, en semi coma y sin posibilidades de obtener una mísera gota de agua, ah sí y escuchando voces de ultratumba para variar.
"Levántate Nora, no puedes quedarte ahí, te usarán como cebo"
Muy bien, solo podía esperar a que alguien trajese una silla de ruedas y me sacase de allí. Pero para qué engañarnos, nadie iba a sacarme de allí.
– ¿Cómo pretendes que lo haga...?– conseguí pronunciar aquellas palabras en un susurro y sin embargo ya habían hecho agotar las escasas fuerzas que me quedaban.
"Ellos te hacen creer que no puedes moverte"
Entonces lo comprendí, aquello era probablemente una especie de hipnosis ¿no? Y era muy probable que aquella melodía estilo swing estuviese provocándolo, tenía que cantar. Lo que fuese, alguna otra letra que hiciese que mi cabeza saliese de aquella espiral sin salida.
– God save our gracious Queen... long live our noble queen...
Empecé a cantar la única canción que me vino a la cabeza en ese momento, el himno de Reino Unido y lo mejor de todo es que funcionaba. La situación ya era bastante ridícula de por sí, una muchacha con aparentes problemas para hacer funcionar sus extremidades, haciendo caso a una voz probablemente imaginaria y cantando God Save the Queen mientras intenta salir de la cutre habitación en la que se encuentra prisionera. Ni en la mejor de las películas podría verse escena tan bien ejecutada.
– God save the Queen! Send her victorious... happy and glorious...
Me levanté y seguí tarareando con las manos apretándome las orejas, y por suerte la puerta seguía entreabierta. "Estúpidos" pensé. Eché un rápido vistazo a la cámara de seguridad que parpadeaba y salí corriendo por un pasillo interminable de paredes blancas y luces excesivamente luminosas, seguí cantando para mis adentros, pero por algún motivo la música swing me perseguía a cada paso que daba, y podría apostar a que había subido de volumen. Me estaban observando y querían volver a dejarme inmóvil.
Seguí corriendo hasta que no pude resistirme más, caí de rodillas y entonces grité todo lo que pude aquella letra.
– ¡oh lord god arise, scatter our enemies, and make them fall!
Entonces escuché pasos apresurados dirigiéndose hacia mí y supe que mi triste intento de escapar había fallado.
– ¿se puede saber qué haces?
Miré hacia arriba y sentí alivio dentro de mí, el vacío que toda aquella pesadilla estaba dejando en mi interior se llenó de nuevo. Me levanté y me lancé a sus brazos. No estaba muerto, estaba allí delante mío, vivito y coleando.
– ¡Jonathan! – grité con lágrimas en los ojos, pero en seguida me aparté de él. El recuerdo de la voz de Harry diciéndome que habían trabajado juntos erizó el vello de mi nuca. – espera... ¡eres uno de ellos!
– Ya no lo soy, he venido a buscarte Nora, te lo explicaré cuando salgamos de aquí pero primero tienes que prometerme que confiarás en mí.
– ¿Confiar en ti? ¡por tu culpa estoy aquí metida! ¿cómo sé que no es otro de vuestros juegos? Y dios... haz que pare, esa música me deja débil. Confound their knavish tricks, confuse their politics...– seguí cantando para enfrentarme al mareo que sentía y él frunció el ceño. Claramente pensando que había perdido la cabeza, aunque no le culpo, yo también lo pensaría.
– Escúchame, será mucho mas fácil si dejases de resistirte, te llevaré en mis brazos y después volverás a casa, lo prometo. Pero si luchas contra la hipnosis no avanzaremos rápido. ¿me dejarás? Por favor Nora, no tienes otra opción.
Pude ver como comprendía que estaba atrapada en mi propia cabeza, porque probablemente se había visto en la misma situación en algún momento de su estancia en este complejo, él también era una marioneta.
Miré sus grandes ojos azul oscuro, ahora habían perdido casi toda esa viveza que acostumbraban a tener. ¿Confiaba en él o eran mis sentimientos los que estaban jugándome una mala pasada? No tenía tiempo para aquella guerra conmigo misma así que me destapé los oídos y dejé que la música de los altavoces me sumiera de nuevo en un sueño, sentí los brazos de Jonathan agarrarme por la cintura y las piernas y después su olor tan característico y masculino nubló mi mente.
Jonathan O'Conell solo puedo esperar de ti dos cosas: mátame o enamórame, porque de lo segundo estoy casi segura de que ya está ocurriendo.
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En la piel de Adele ✔️
Romansa#PV2021 Nora Jones es una joven universitaria con aparentes visiones de otra vida, una vida pasada, una vida que no es la suya. La desesperación por saber que ocurre en su cabeza y quién es la mujer de la cual posee todos sus recuerdos, la conducen...