‹ 🌾 ꒱ ❛ 𝗚𝗟𝗢𝗫𝗜𝗡𝗜𝗔 ❜ ↳ 𝖼𝗈𝗇𝗍𝖾𝗇𝗂𝖽𝗈 𝖺𝖽𝗎𝗅𝗍𝗈 𝗒 𝖾𝗑𝗉𝗅𝗂̄𝖼𝗂𝗍𝗈 ; 𝘮𝘶𝘯𝘥𝘰 𝘥𝘦𝘭 𝘢𝘯𝘪𝘮𝘦 ... parte única ❜
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En aquellos tiempos el clan de las hadas convivía de forma pacífica con los humanos, no habían discordias, todos eran amables y educados y eso hacía que todo marchase perfectamente. Por esas razones, nunca hubo ningún problema cuando el rey de las hadas, Gloxinia, escogió a una humana como su reina y su pareja de por vida.
Ceres era una humana preciosa, con un enorme corazón de oro que conquistó el del rey hada con mucha razón. Ella no había tardado nada en enamorarse perdidamente de él, pese a algunos comportamientos defectuosos, continuó amándolo porque realmente lo quería de esa forma.
Ella tampoco se había demorado en ser querida por todas las hadas del bosque, era tan dulce e inocente que podría hasta sacarle una sonrisa a un demonio.
No obstante, aquel tipo de comportamiento tan dulce que Ceres poseía, causaba que muchos seres quisieran algo más que una amistad con la chica, y eso complicaba la situación. Especialmente, para cierto chico de cabello rojo que enfurecía al saber que alguien quería a Ceres como algo más.
── ¿Necesitas ayuda?
El sonido de esa voz provocó que la chica se diera la vuelta con una sonrisa. Recogía algunas moras rojas para preparar el pastel favorito de su amado, solamente para verlo feliz y contento.
── Rou, pensé que estabas con Gerheade.──comentó sonriente.
El hombre rubio formó una pequeña sonrisa, una que indicaba que se sentía muy atraído por el hada de ojos púrpura.
── Tenía unos pendientes.──se encogió de hombros.
── ¿Te gusta, no es así?──inquirió la chica juguetona y acabando de recoger las frutas.
Si había algo que caracterizaba a Ceres, era su talento innato de unir a los seres. En esos dos años que llevaba viviendo en aquel bello bosque, había unido a más de cincuenta parejas de hadas. Era algo de lo que se sentía firmemente orgullosa, porque era muy buena haciendo el papel de cupido.
── No juegues conmigo, niña.──rió Rou, sabiendo lo que pretendía ella.
Después de todo, sí era una niña; seguía teniendo diecisiete años. Siendo bastante joven se había emparejado a alguien de por vida, pero eso no le importaba porque Ceres portaba la madurez mental de una anciana, y no hacía falta ser una adulta para saber que amaba a Gloxinia con cada fibra de su ser.
── Sólo te diré, que a ella le gustas mucho.──finalizó la joven, sonriendo.
