‹ 🐻 ꒱ ❛ 𝗞𝗜𝗡𝗚 ❜ ↳ 𝖼𝗈𝗇𝗍𝖾𝗇𝗂𝖽𝗈 𝗉𝖺𝗋𝖺 𝗍𝗈𝖽𝗈 𝗉𝗎́𝖻𝗅𝗂𝖼𝗈 ; 𝘮𝘶𝘯𝘥𝘰 𝘥𝘦𝘭 𝘢𝘯𝘪𝘮𝘦 ... parte uno ❜
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Con una capucha puesta sobre su cabeza caminaba entre el mar de personas emocionadas, las cuales se amontonaban en los puestos de comida o productos para comprar a causa del festival que se realizaba. Estaba nerviosa, pero lo ocultaba con las manos metidas en los bolsillos de su ropa.
Había escapado de su celda en Camelot hacía varios días, sabía que la buscaban y por esa razón había llegado a Liones, justo en medio de un tonto festival. El cargo que llevaba era pesado; el asesinato. No obstante, cuando le habían encontrado en un callejón con ese cuchillo ensangrentado y el cuerpo del hombre inerte en el suelo, jamás le creyeron cuando dijo que se había defendido.
Nunca mintió, ella estuvo a punto de ser abusada por aquel sujeto y, de no haber sido por su rapidez al sacar su cuchillo, habría sido violada y hasta asesinada. Claro que, fue su decisión matarlo, pero es que ella no quería plagas como ese sujeto en el mundo, quería exterminar a cualquier ser con intenciones malignas. Realmente no era mala, pero tampoco era buena.
Su estómago pronto rugiría por hambre, por ello trató de encontrar un punto fácil entre todas esas personas y lo halló, era un niño de cabello plateado parado frente a un puesto de dulces. Sintió pena por él, era inocente y pequeño, pero no tenía más opciones si no quería morir de hambre. Además, no era experta robando y hacerlo con un adulto seguro le pasaría factura.
Se acercó al puesto fingiendo intenciones de comprar, pero al hallarse lo suficientemente cerca le arrebató el monedero de las manos al niño y oyendo su grito corrió, corrió con todas sus fuerzas y lo perdió. Ocultó su presencia tras un árbol después de haber salido del festival y sonrió, aliviada y con el corazón andando muy rápido.
Abrazó el monedero contra su pecho, y cuando estuvo a punto de abrirlo, sintió un tirón en su capucha que la envió hacia atrás. El dinero fue quitado de sus manos y con sorpresa subió la mirada, puesto que sus pies habían dejado de tocar el suelo.
── ¿Qué crees que haces robándole a un pequeño, sucia ladrona?
Era un hada, pudo verlo con facilidad por las grandes alas azules que poseía en la espalda, tenía un lacio cabello terracota y unos redondos y hermosos orbes avellana que la hipnotizaron. El la sostenía de la capucha y la había alzado hasta su altura, por eso ella no tocaba el piso.
── ¿No vas a responderme?──el hada volvió a hablar, sacudiéndola un poco. Estaba enojado, era muy notorio a los ojos de la pequeña humana──. Tienes que ser una muy mala persona como para quitarle el dinero a un ser que no puede defenderse.──continuó diciendo el chico.
