E m m a . . .
Me senté frente a mi ventana esperando a que el sol se ocultara para salir aquella noche, estaba un poco abierta por lo que el cálido clima acogedor de aquella tarde entraba en mi habitación al mismo tiempo que el sol pintaba todo a tonos anaranjados.
Mientras sentía como todo cambiaba pase mi mirada por la calle hasta llegar a la cerca de madera que separaba la acera del jardín, y los rosales de mi madre de la casa de Dallas.
Varios días habían pasado, poco más de una semana quizá, y a decir verdad me preocupaba no tener respuesta por parte de Dallas. Lo veia a lo lejos hablar con alguien o con nadie y mantener la mirada perdida.
Ninguna de las ocasiones en las que lo había visto había reaccionado ante mi saludo a la lejanía. Dallas tenía algo eso estaba claro, por lo que hoy era el día para obtener respuestas.
Coloque mis Vans, y amarre mi enredado cabello en un moño, del ropero ya abierto tome la primera sudadera al alcance y baje corriendo con decisión las escaleras.
Llegue a su jardín reduciendo el ritmo de mis pasos, hasta que llegue junto a la camioneta con pintura azul oxidada de su madre que nunca le había visto encender.
Escuche gritos, golpes, y cosas romperse en el interior de la casa de Dallas al igual que los ladridos desesperados del molesto chihuahua.
La primera solución que cruzó por mi mente fue llamar a la policía. ¿Que tal si era un robo? ¿O si alguien estaba herido?, de inmediato la descarte, tal vez estaba exagerando las cosas.
En todo caso, Dallas estaría en peligro si alguna de mis suposiciones fuera verdad. No puedo arriesgar la vida de Dallas de esa forma.
Entre preocupada tropezando con las escaleras de entrada y el perchero en el que mi abrigo se encontraba noches atrás, más allá de ese inconveniente estaba la escena preocupante.
-Dallas... - murmuré con la voz rota al adolescente hecho bolita a la entrada de un pasillo que conectaba con la cocina.
Dallas , que estaba en el piso, gritando y llorando, no respondió a mi llamado. No lo hacía como un niño mimado en pleno berrinche, él lloraba con dolor puro.
Cosas rotas por todas partes. Cortes de vidrio en su mano derecha. Incluso la cortina estaba desgarrada por la mitad.
Di un paso y el abrazó mas sus rodillas para alejarlas de los pedazos de cristal azules de lo que alguna vez había sido una lampara.
Me acerque mas rápido y habia algo cerca, un marco de foto hecho de madera oscura con el cristal roto, en ella se podía ver a un niño por encima de los diez años con cada padre a lado de su hombro, todos sonreían en esa foto.
Los alaridos de Dallas disminuyeron pero sus sollozos eran incontrolables todavía y constantes. Algo en mi se conectó cuando paso esto.
Manzanilla.
Seguro era eso lo que lo calmaba, era el remedio que yo usaba de pequeña el cual preferí conservar aún cuando los ataques le habían abandonado, por eso hay tanto por todos lados cuando estoy cerca y me define como si fuera un sello personal.
Por esa razón supuse que se había calmado.
Acaricie su cabeza enredando mis dedos en su cabellera castaña mientras el temblaba.
-Dallas...- él levantó la mirada gelida y gris clavando en mi ojos inyectados en sangre y miedo, mientras su labio inferior temblaba .- ¿Qué ocurre?
Sus ojos se humedecieron y sus brazos temblaron juntandose con dificultad a mi alrededor en un intento de abrazo en busca de consuelo.
-Ellos murieron, Emma.- murmuró mientras se abrazaba más a mi enterrando su cabeza en mi vientre - murieron, y no hubo nada que pudiera hacer.
• ° • ° • ° • ° • ° • ° • ° • °
n/a: tan-tan taaan ¡Se acerca lo interesante! Esperen por ello...
ESTÁS LEYENDO
Chamomile [1]
Short Story"Donde la chica de cabello castaño adora la manzanilla. Y el chico que la observa adora que aquel olor sea de ella."