Paradise.

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Después de que la nieve cubrió el lugar por arriba de las botas de Emma ambos regresaron a su casa tomados de la mano.

Emma aún tenía la nariz roja y seguía amando como el frío hacía que sus ojos lloraran un poco consiguiendo que las finas lineas de agua fueran iluminadas apenas por los pequeños destellos de luz que reflejaban sus verdes ojos de gato.

Dallas abría jurado que incluso aquellos pequeños ríos dentro de sus parpados comenzaban a formar pequeños copos que se perdian con cada pestañar.

Los labios de ambos sabían a manzanilla, pues la fragancia se había quedado impregnada desde tiempo atrás en los labio de ligero violeta de Emma.

Labios de tono lavanda que Dallas había descubierto y jurado que eran su nueva cosa favorita ahora que pudo conocerlos más allá de sólo imaginarlos.

Ambos dejaron sus abrigos sobre aquel perchero de madera negra. Caminaron tomados de la mano hasta la habitación de él en un susurro, dejando que los copos de nieve sobre las ventanas hicieran más ruido que ellos.

No era la misma Emma de la que todos hablaban, la chica cortante que nadie conocía bien, la fría que apenas y podría hablar contigo.

Ella era la chica con olor a manzanilla que lo había seguido durante varias madrugadas, la chica que amaba todo y a la vez nada, la chica que lo amaba a Dallas más que otra cosa.

Al entrar por segunda vez en la habitación de Dallas, ambos comenzaron a mover cosas manzanilla de un lado a otro para poder tomar lugar sobre la cama hecha para dos, llena de mantas y almohadas.

Recostados sobre el calor del otro, dispuestos a tener un para siempre unidos, pasaron la noche en caricias torpes besos sinceros de media noche, labios lavanda y olor a manzanilla.

Fue la noche perfecta para ambos, entre los brazos de quien podían asegurar era su "para siempre" perfecto.

Ella llevaba ropa de la noche del vídeo.

Él ya no tenia pesadillas. Y en ese presiso instante en el que hubieran preferido estar congelados dentro de una burbuja de tiempo que les permitiera seguir siendo un enredo de emociones y cuerpos.

Tenían el paraíso perfecto junto al otro.

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FIN

Chamomile [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora