Ice Tea.

86 5 2
                                    

-No hay mas manzanilla por las mañanas. No hay mas risas contagiosas. Sólo frío y copos de nieve...

Sacó aquel sobre de té y el tarro de azúcar de la alacena para ponerlo todo en su taza. Su "madre" lo observaba del otro lado mientras hacía cuentas con papeles sobre toda la mesa y dejaba que el chihuahua durmiera un rato, de otra forma su estres podría haber crecido un poco más, las deudas a pagar habían aumentado y eso la alarmaba.

Se percató de lo alejado que parecía estar en esos instantes en los que hablaba de la chica. Dallas, no lo veía tan alejado de un lugar desde aquellas ocasiones en las que recordaba a sus padres.

-Dallas, cielo...- él levantó la mirada y metió la cucharilla dentro de su taza- te dije un café no un .- Dallas dejó de agitar y observo la taza.

La noche anterior, se ofreció a ayudar a su sobrino a recoge el daño que había dejado luego de su ataque. Solo habían conseguido dormir unas cuantas horas antes de despertar para otro pesado día.

-El té es para mi, he estado estresado.- tan fuera en sus pensamientos estaba que fue con lo único con lo que consiguió dar razón a sus actos.- No tardo en hacer tu café.

-Dallas ¿Quién es esta chica?- preguntó su tía, había evitado hacerlo para no incomodar, pero la actitud que su sobrino había tomado era la de un loco.

-¿Emma? La vecina, mañanas en balcón con olor a manzanilla...

Ella asintió distraída, conocía a la chica vivía a su lado. Observó como él calentaba un poco mas de agua mientras sacaba otra taza para regresar a su té.

-¿La quieres?

Dejó de ajitar su sobre de té dentro de la taza con el hilo enredado en la cuchara, detuvo todos su movimientos y medito un poco.

-¿Por qué preguntas?

El agua comenzaba a hervir, no estaba listo para aceptar que la quería desde que la vio una mañana ahí sentada. Los ojos verdes, su cabellera castaña clara. El olor a manzanilla que tanto lo relajaba. Ella tenía todo lo que le gustaba.

Ella era todo lo que le gustaba.

-Porque, has estado poniendo sal a tu , Dallas.

Él miró abajo y lo afirmó probando un poco del calido liquido. Ella conseguía que su locura creciera.

- Pu-Puede que talvez- colocó otra cucharilla de sal en su té.- La quiero desde hace tiempo.

Chamomile [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora