Enamorada de la muerte [Completa]

Capítulo I

Llegué a un pueblo llamado Derry, completamente sola. No tenía a nadie para hablar ni tampoco para distraerme con ellos.

Me escapé de la casa de mis padres porque abusaban de mí, y más, mi padre. Siempre me pegaba sin motivo alguno y mi madre...bueno, no lo detenía. Por eso vine a este pueblo sola, pero me parece un poco extraño que todos los días desaparezcan niños y sin rastro del sospechoso.

Solo tengo un pequeño apartamento y lo pago poco a poco, obviamente me dejó el dueño de la casa y me lo alquiló con un buen precio.

–Me ducharé y luego me haré la cena.– Dije para mi misma.

Cuando me duchaba siempre solía escuchar una voz, pero siempre pienso que es el cansancio por el trabajo, que por cierto soy camarera.

Al día siguiente fue la misma rutina que todos los días. Desayuné, me duché y una vez hecho todo aquello, directa al trabajo.

–Buenos días Sr. Jones.–Dije al entrar en el bar que aún estaba cerrado para los clientes, ya que íbamos a organizar todo como siempre y porque era un poco temprano.

–Te dije mil veces que me llames Jones, cariño.–Me dijo con un gesto de amabilidad y luego, darme un abrazo.
Llevo poco tiempo en este pueblo y está persona...es como si fuese un abuelo para mí, uno que...nunca tuve.

–Lo siento, ¿Abro ya y qué pueda entrar los clientes? –Pregunté un poco atontada al ver a un chico por la ventana, que nunca vi en este bar. Era hermoso con su tupé, su traje negro, unos ojos color esmeralda, alto...

–¿Hay gente esperando tan pronto? Son las siete de la mañana y aquí los trabajos suelen ser sobre las ocho o así. –Confuso y pensativo, decidió abrir por su cuenta la puerta del bar para que ese muchacho se sentará en la barra.

–Buenos días, muchacho. Enseguida le atiende. –Dijo señalándome, y yo asentí mientras me aproximaba a él y cogía mi pequeña libreta para apuntar todo.

–Buenas. ¿Puedo pedir un...pitufo mixto y un café solo, por favor? –Era tan hermoso que no quería apartar mi mirada hacia sus ojos.

–¿Algo más? –Pregunté mientras apuntaba su desayuno en la libreta.

–Sí. Quería hablar con mi compañero de trabajo, pero aún no vino y pensé...–Pausó por un momento para suspirar. –Pensé hablar contigo, ya que últimamente estoy solo en casa. 

–Bueno...te traeré la comida y...conversamos, ¿cómo se llama? –Pregunté, y no sabía que tema sacar, esa cara tan perfecta me distraía.

–Alex, ¿y usted? –Preguntó mientras me miraba atentamente a los ojos. –"Dios, es tan mono"–dije en mi mente.

–Jessica, y te prepararé tu desayuno. Por cierto, es pronto así que por eso acepté tu petición. –Dije sin pensar y me arrepentí de haber dicho esa estupidez. –"Idiota"–Pensé mientras me giraba y me dirigía a preparar su café y George, mi compañero, el pitufo.

–Aquí está tu café y tu pitufo mixto, Alex. –Colocaba con cuidado el café y el plato del pitufo mixto. Luego pedí permiso a Jones para poder hablar con Alex y asintió, ya que no había ningún cliente en el bar.

–Gracias, linda. –Me guiñó un ojo al decir esa frase y yo en mis pensamientos me quedé como una niñita chica mirando su piruleta.

–¿Y por qué viniste a este bar? –Pregunté con curiosidad, ya que una persona tan elegante, no se espera mucho en un bar así de...pueblo.

–Soy nuevo en el pueblo y tengo un trabajo de electricista, me tocó venir a este pueblo, ya que había un apartamento que debía que reformar por completo y aquí estoy. –Sonrió y me demostró unos dientes muy blancos, pero su sonrisa era tan preciosa...

–Yo llevo poco en este pueblo, pero me las apaño. –Me encogí de hombros al decir eso, y él soltó una pequeña risita que me provoca sonreír.

–Bueno...ya debo irme, Jessica. Espero verte mañana. –Y volvió a guiñarme el ojo mientras sonreía, y yo asentí con la cabeza.

Eran las seis y cuarto de la tarde y terminé de trabajar, por lo que iba de camino a casa hasta que vi una casa embrujada, pero había un payaso en el jardín, por lo que me daba escalofríos. Le miré de reojo y llevaba un globo rojo y me sonreía diabólicamente.

"Solo es un tío disfrazado con un globo, no hay nada malo" –Pensé y vi que ya no estaba en ese sitio. Miré hacia delante y ahí estaba, por lo que solté un pequeño grito.

–No quería asustarte, bonita. Ten, para ti. –Me ofrecía un globo rojo, miré su rostro y tenía una sonrisa bastante temerosa y negué con la cabeza. –Cógelo es un regalo. –Se reía al decir eso. Estaba loco o eso pensaba, así que agarré el globo y le vi saltar mientras aún reía.

–¿Cómo te llamas, payasín? –Pregunté mientras soltaba una sonrisa... un poco forzada.

–Soy Pennywise el payaso bailarín. –Soltó totalmente serio, por lo que me asustó al verle cambiar el rostro alegre a esa cara tan...repugnante.

–Esto...debo irme, Pennywise. –Dije mientras le sacaba una sonrisa.

Este no dijo nada, solo se fue a donde sea que fuera y yo me dirigí a casa con aquel globo rojo. Sentí por un momento que alguien me perseguía, así que miré a mi alrededor disimuladamente y vi a mis espaldas a un tío a paso ligero a donde yo estaba. No había nadie en la calle y yo empecé a correr y el otro, hizo lo mismo, pero se aproximaba muy rápido a donde yo estaba.

–Vamos, cariño. Juguemos. –Soltó aquel demente que me sujetaba con fuerza de la cintura para darme un beso, y yo le golpeaba, pero no se apartaba hasta que le di un puñetazo en la nariz y me soltó. –Las pagarás, muchacha. –Y me golpeó la cara como tres veces y me empujó, por lo que me caí al suelo y veía borroso.

–Hora de flotar. –Dijo alguien que ni siquiera sabía quien era, pero me resultaba familiar esa voz. Me rendí y me desmallé por el dolor de nariz y de cabeza que no pude soportar.

Quiero deciros que las palabras que estén "así", será el pensamiento de Pennywise y los que estén entre comillas es el pensamiento de Jessica. Espero que os guste mi primer capítulo y gracias por el apoyo de mi hermanito AntonioChaconMartine, te quiero mucho💙🎈.