Capítulo 4

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–Pero si es...hermosa la casa. –Estaba sorprendida. Era una casa de dos pisos totalmente para él solo, bueno ahora para los dos. –Al menos déjame ocuparme de la casa. –Volvió a negar con la cabeza mientras sonreía.

–Viene dos veces a las semana una mujer para limpiar. Pero no te enfades, ya está bien con tu trabajo. –Antes de venir aquí fuimos a mi antiguo apartamento para recoger mis cosas y decirle al dueño que no estaré más.

–Hay...4 dormitorios. Ven, te lo enseño. –Subimos las escaleras y cada vez que pasábamos por cada habitación me la señalaba.

–Esta. Quiero esta, por favor. –Mi actitud parecía cuando una niña va al parque a jugar con sus amigos. Alex, me hacía sentir tan bien...

–Claro. Es tu casa, Jessica. Te haré algo de comer. –Sin más, bajó las escaleras y yo saqué mis cosas de la maleta, que no era mucho, para guardarlo en el armario.

–Alex, ¿puedo ducharme? –Grité desde arriba y este grito un "si" desde la cocina. Me dirigí al baño para ducharme y no tardar tanto. No me gusta que me espere Alex cuando me ha dado todo esto.

Te veo nervioso, Alex.

Obviamente. No hablo con una humana desde que te metistes en mi cuerpo.

Ahora es nuestra.

No somos su pareja. Somos amigos.

Aún así, debemos de protegerla.

–Ya estoy. –Mientras bajaba las escaleras vi a Alex sentado en una silla frente al almuerzo.

–Hice pasta con nata y bacon. –Se giró para verme y ahí estaba su maldita sonrisa que me mataba de amor.

–Es mi plato favorito. –Le devolví una gran sonrisa, y no era falsa. Estaba feliz de que esté aquí, con él.

Esto de leer mentes y todo, me empieza a encantar, pero a veces...no puedo, ¿por qué?

No lo sé. Es la primera vez que me pasa.

–¿Estás bien? –Pregunté mientras me sentaba a su lado.

–Sí, solo...estaba pensando. –Me respondió rápido y sacudió la cabeza bruscamente. Sinceramente me preocupé, pero me agarró del brazo suavemente y negó con la cabeza. –Estoy bien, tranquila. Se te ve hasta en los ojos cuando estás preocupada.

–Come, a ver si estás...mareado. –Llevé mi mano a su espalda y acariciaba con cuidado. No era mucho de hacer estas cosas, pero por él...intento lo que sea.

–Estoy bien. Solo...iré al baño. –Se levantó de su silla, y se dirigió al baño de la planta baja. Yo solo esperé, no podía comer sin saber como se encontraba. Confusa y asustada, me dirigí al baño que obviamente la puerta estaba cerrada y di dos pequeños golpes.

–¿Estás bien? –Pregunté, y solo pude escuchar un "ya salgo".

¿Qué ocurre?

No tengo ni idea. No es por hambre ni nada por el estilo.

–Ve a comer, Jessica. Ahora voy yo. –Me dijo con un tono tranquilo, por lo que decidida no le hice caso.

–No me iré, Alex. Por favor, déjame pasar y ver que estás bien. –Supliqué desde el otro lado de la puerta.

–Estoy bien. Venga, vamos a comer. –Abrió la puerta y se dirigió al salón para almorzar.

»Todo estaba en silencio, pero no era incómodo. A veces nos mirábamos y nos sonreímos, pero no había conversación.

Enamorada de la muerte [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora