Capítulo 18

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Al llegar a comisaría, Alex se fue a su despacho para recoger unos papeles que tenía en la mesa y un marco de fotos me llamó la atención por completo.

–Oh, sí. Es una foto que te hice cuando estabas dormida. –Miré un par de veces la foto y el rostro de Alex, que aguantaba la risa para no cachondearse de mis enfados.

–No me gusta que hagas fotos así. –Solté al fin, pero en vez de contestar, salió del despacho.

"Eres idiota."

Así me amas.

–Carl, ¿dónde está, William? –Señaló la puerta en la que una vez pasé para hablar con mi maravilloso padre. –¿Vienes? –Me acerqué a él con gesto de asentir y nos dirigimos hacia la puerta.

–Bueno, William...parece que te has metido en un lío muy gordo. –Miró los papeles y vi que no era la primera vez que cometió un delito. –Aparte de hacer lo que hiciste el otro día, también has maltratado a tu hija, has vendido y comprado droga anteriormente, y has disparado a un policía. –Miré a mi padre y estaba tumbado en la cama mirando el techo blanco y sucio con gotera. –La gran parte la has hecho en Phoenix, supongo que vivía allí con su mujer y con Jessica...

–No hable de mi familia. –Le interrumpió sin mirarle y Alex sonrió con una sonrisa un poco malévola.

–¿Familia? ¿Eso es lo qué tú crees? No amigo mío. –Se levantó de la cama y se paró enfrente de las rejas, donde estaba Alex.

–No sabes nada.

–Sí que lo sé, viejo amigo. Lo sé todo de ti y más de lo que crees. –Otra vez mostró esa sonrisa burlona y de pocos amigos. –Me dijeron que mataste a tu hermano cuando tenías doce años, ¿no te parece horrible? –"Joder, el papel de poli malo se te da de escándalo."

–No lo maté yo. –Ese rostro de mi padre, serio y con una ira indestructible, era el rostro con el que veía cada vez que me pegaba.

–¿Cómo dice? –Hizo un gesto de no haberle oído. –En fin, estarás aquí un año como mínimo, pero si te comportas como es debido, nueve meses.

Alex salió de aquel lugar, dejándome sola con William.

–¿Por qué? ¿Cuánto tiempo llevas vendiendo droga? Porque a casa no traías ni un duro. –Ahora iba a ser yo la que se iba a ir y dejar solo a mi padre, pero me llamó.

–Lo siento...

–No William, basta de pedir perdón. Te jodes y te quedarás aquí, no esperes una visita por mi parte. –Abrí la puerta y me fui a paso ligero hacia el coche con lágrimas en los ojos.

 –Abrí la puerta y me fui a paso ligero hacia el coche con lágrimas en los ojos

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–Está destrozada, Alex. Déjala, es normal que esté así, su padre está encerrado en esa mierda de sitio. –Un murmullo que venía de la salida de la comisaría me hizo verlo con atención.

Enamorada de la muerte [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora